lunes, febrero 27

Exministro de Defensa fue llamado a declarar por Masacre de Apartadó


Tomado de: Elespectador.com 

También fueron citados por la Fiscalía los generales Reynaldo Castellanos y Carlos Alberto Ospina. 

La masacre de San José de Apartadó fue perpetrada en febrero de 2005 por los paramilitares en complicidad, al parecer, con miembros de la XVII Brigada del Ejército. 




En el marco de la investigación por la masacre de San José de Apartadó, un fiscal de derechos humanos citó para este martes 28 de febrero al exministro de Defensa Jorge Alberto Uribe para que declare sobre su conocimiento acerca de la presunta responsabilidad de militares en esta acción. 

Igualmente fue citado el excomandante de las Fuerzas Militares, general Reinaldo Castellanos; y al ex comandante del Ejército Nacional, general Carlos Alberto Ospina, para que den luces para esclarecer la presunta omisión de los militares que permitieron que se efectuará la masacre ocurrida el 21 de febrero de 2005, y en la que fueron asesinados por los paramilitares tres niños y cinco adultos. 

Estas declaraciones fueron solicitadas por la Fiscalía en el proceso que se adelanta por estos hechos en contra del general Héctor Jaime Fandiño, excomandante de la XVII Brigada, y del coronel Néstor Iván Duque López. 

Por estos hechos, el Juez Primero Especializado de Antioquia condenó en marzo de 2010 a 20 años de prisión al capitán Guillermo Armando Gordillo, por los delitos de homicidio en persona protegida y concierto para delinquir agravado en calidad de coautor.

domingo, febrero 26

"ESTE ES EL MEJOR MOMENTO PARA HACER LA PAZ"


Sábado 25 Febrero 2012


TOMADO DE REVISTA SEMANA.COM Por María Jimena Duzán

EN PLATA BLANCA: 
Francisco Galán, exdirigente del ELN, habla de las condiciones necesarias para dar fin al conflicto y de su vida luego de su captura y su renuncia a la lucha armada.

“La primera decisión que tomé en la cárcel fue reencontrarme con dios”

María Jimena Duzán: ¿Le suena seria la nueva propuesta del ELN de abrir unos diálogos de paz con el gobierno Santos? 

Francisco Galán: Quiero responderle de esta forma: en los 60 años que llevan de existencia las guerrillas en Colombia este es el mejor momento para hacer la paz.

M.J.D.: No me respondió la pregunta. Y en cuanto a la frase, me parece haberla oído antes: eso mismo dijeron las Farc hace 20 años cuando el acuerdo de paz de La Uribe, y hace diez en el Caguán. Es más, usted la dijo mil veces cuando estaba adelantando las fallidas negociaciones de paz con el ELN. ¿Por qué ahora le vamos a creer? 

F.G.: No, yo nunca la he dicho, se lo aseguro. Y le respondo la pregunta que no le respondí antes: uno de los problemas que tuvo el ELN para hacer la paz es que nunca llegó a la convicción de que había que dejar las armas, decisión que, creo, no se ha tomado todavía. Y sin esta convicción, estas propuestas de diálogos de paz solo sirven para reeditar luchas políticas pero no para resolver el conflicto de manera definitiva, que es a donde tenemos que llevar la discusión. 

M.J.D.: ¿Pero si las guerrillas no están cerca de querer abandonar la lucha armada, ¿por qué dice que este es el momento propicio para hacer la paz?


F.G.: Por varias razones. La primera es que creo que las Farc y el ELN son conscientes de que no se van a tomar el poder. No solo porque están golpeadas, sino porque sus niveles de crecimiento ya no son los mismos y las movilizaciones que se han hecho en su contra son gigantescas. La segunda razón es que cuando yo estaba en la guerrilla siempre nos planteamos que los gobiernos jamás abordaban las causas del conflicto. Sin embargo, llega Santos y aborda un tema sustancial que originó este conflicto, como es el problema de la tierra, y plantea la Ley de Restitución de Tierras y la de Desarrollo Rural Integrado. ¡Hombre, yo creo que aquí hay un futuro político para las guerrillas! 

M.J.D.: Sin embargo, no es claro que las Farc y el ELN hayan visto esa oportunidad como usted la está viendo. Hay evidencias más bien de lo contrario: de que las Farc estarían oponiéndose a la Ley de Restitución de Tierras porque, como lo advierten los informes de la Superintendencia de Notariado y Registro, ellos mismos se habrían convertido en despojadores.

F.G.: No creo que las Farc ni el ELN sean terratenientes, aunque acepto que conozco menos el caso de las Farc. A lo que yo voy es que la guerrilla debería plantearse cuál es su principal valor agregado. Y yo pienso que hoy no son las armas, ni la política, que está tan desgastada: es el territorio. Y es en el territorio donde se ha de resolver el conflicto. Y este tipo de medidas económicas para el campo serían el espacio propicio para que la guerrilla dijera: 'dejamos estas armas y nos incorporamos a este proceso de desarrollo del campo'. Seguramente esa visión política nos permitiría encontrarles a ellos una salida jurídica para que no terminen en la cárcel. De lo contrario, volveremos al viejo esquema de negociaciones, que ya está agotado. 

M.J.D.: ¿Qué tan cerca estamos de que las guerrillas en Colombia lleguen a la convicción de desistir de la lucha armada?

F.G.: Si la guerrilla ya es consciente de que no se va a tomar el poder, debe estar empezando a preguntarse qué va a hacer con esas armas, con esos hombres. Lo cual nos lleva al cómo jurídico. Si lo único que les ofrece el Estado a los guerrilleros que dejen las armas es pasar el resto de los años que les quedan en la cárcel, van a preferir morirse en el monte. El Estado no tiene instrumentos jurídicos que le permita a ese comandante salirse de la guerra. Mire el caso del Erpac. 

M.J.D.: ¿El grupo paramilitar del difunto Cuchilllo que se quiso desmovilizar pero que no ha podido hacerlo?

F.G.: 300 hombres se presentaron ante la Justicia con la idea de entregarse y la Fiscalía lo único que pudo decirles es que no los podía recibir porque no había ninguna orden de captura en su contra. ¿Y sabe qué les dijeron? ¡Que si se iban a la vuelta de la esquina y cometían un delito, ahí si los podían coger!… Tantos años de violencia han forjado una sociedad apta para atender las necesidades de la guerra: cualquiera que se quiera incorporar a ella encuentra las facilidades para hacerlo, encuentra cuarteles, bacrim y guerrillas, pero el que se quiera incorporar a la paz no encuentra por dónde. 

M.J.D.: Si mal no estoy, eso es lo que está planteando este gobierno a través de ese nuevo marco para la paz.

F.G.: Sí, yo he estado asistiendo a todas las reuniones con Roy Barreras en el Congreso, pero creo que tal como está pasando no es suficiente. Por ejemplo, hubo un gran debate sobre si se le reconocía a los guerrilleros que dejaran las armas una favorabilidad política y eso se les negó. La propuesta tiene de bueno que ha hecho pensar a la guerrilla en un tema que antes no existía para ellos: el de la justicia transicional. Pero le repito: uno en la guerrilla empieza a pensar en estos temas solo cuando llega a la convicción de que hay que dejar la lucha armada. Antes no. 

M.J.D.: ¿Cómo fue que usted llegó a esa convicción?

F.G.: El día que yo tomé la decisión de abandonar las armas, lo hice de manera pública. ¿Y sabe qué me pasó al otro día… ¡Que me di cuenta de que me había quedado sin oficio! No podía ser elegido a ningún cargo público porque fui condenado -incluso ahora salió una nueva ley que dice que tampoco puedo contratar con el Estado-. ¿Qué me pongo a hacer , me pregunté. ¿Cuáles son los nuevos objetivos de mi vida? 

M.J.D.: ¿Y cuáles son esos nuevos objetivos que se trazó?

F.G.: Cuando me capturaron fui llevado a Paloquemao y allí en un calabozo, sobre un colchón sucio, empecé retomar mi vida. Yo venía de ser un hombre muy ocupado en la guerra -dirigía los frentes del nororiente desde el oriente hasta Valledupar-, y de pronto me vi ahí solo en ese calabozo. ¿A dónde vine a parar, me pregunté. Fue entonces cuando tomé tres decisiones que aún no he culminado: la primera, que tenía que volver a encontrarme con Dios -yo fui seminarista, le recuerdo-. Segundo, que quería reencontrarme con mi familia: la guerra lo separa a uno de sus seres queridos y de los amigos. Un principio de la guerra es que toda persona es susceptible de ser su enemigo. Le enseñan a uno a desconfiar del otro, hasta el punto en que uno se va quedando solo. La guerra, María Jimena, es un acto de soledad. Usted termina adorando a un arma y confiando en ella a tal punto que se le vuelve la extensión de su cuerpo y de su espíritu. Y la tercera decisión que tomé fue la de buscar la paz. Al cabo de unos tres años, estando yo todavía en la cárcel, le mandé una comunicación al comando central del ELN diciéndole que podía observar con mayor objetividad y realismo al Estado por la ventana de una cárcel que desde la guerrilla. Pensaron que me había enloquecido. 

M.J.D.: ¿Y sí está lista esta sociedad para posibilitar esas salidas jurídicas distintas a la de encarcelar a los guerrilleros que quieran dejar las armas? 

F.G.: No, no la veo lista. Y el miedo que yo tengo es que si este conflicto no encuentra salidas ahora, va a terminar generando una nueva forma de violencia en el país. El empantamiento histórico que nos ha impedido buscarle una salida política a este conflicto ha llevado a que las guerrillas se degraden en sus objetivos; de la misma forma que, por no haber logrado darle una salida a los paramilitares, estos se han degenerado en las bacrim. Todos esos grupos ilegales que han quedado dispersos porque han sido producto de soluciones parciales podrían juntarse, y en territorios como Nariño pueden llegar incluso a disputarse el poder territorial. Me temo que hacia allá nos dirigimos si no aprovechamos este momento.

viernes, febrero 24

“No favorecí a paramilitares”: Victoria Eugenia Restrepo Uribe


20 de Febrero de 2012 tomado de VERDADABIERTA.COM 


La ex coordinadora del Programa Presidencial contra Cultivos Ilícitos, quien fue señalada de favorecer al Bloque Élmer Cárdenas, rompió su silencio y contó su versión de los hechos. 






Victoria Eugenia Restrepo Uribe, excoordinadora del PCI hasta junio de 2010. 





Luego de una larga conversación con periodistas de VerdadAbierta.com, Victoria Eugenia Restrepo Uribe, quien se desempeñó como Coordinadora Nacional del Programa contra Cultivos Ilícitos (PCI) durante la administración del presidente Álvaro Uribe, se defiende de los señalamientos que en los últimos tres años han hecho varios medios de comunicación sobre el posible favorecimiento que hizo desde su despacho oficial al Bloque Élmer Cárdenas (Bec), de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).

La exfuncionaria asegura que nada tuvo que ver con éste, ni ningún grupo paramilitar; califica las acusaciones de infundadas, puesto que lo que buscaba era la reintegración a la vida civil de los integrantes del Bec y, según dice, jamás conoció a éstos mientras estuvieron en la guerra, sino como desmovilizados bajo los acuerdos de las Auc con el Gobierno Nacional; además, explica que los señalamientos en su contra se debieron al interés personal de un alto oficial de la Policía Nacional por desprestigiar su trabajo.

VerdadAbierta.com realizó una detallada investigación para desentrañar cómo las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) erigieron su poder en esa región de Antioquia con una sofisticada estructura política y económica que siguió andando después de la desmovilización del Bec, en agosto de 2006.

En ese trabajo, cuyos hallazgos se incluyeron en un artículo titulado La telaraña de los ‘paras’ en Urabá y publicado el 14 de junio de 2011, aseguró que Restrepo Uribe se reunió en diciembre de 2005 con Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’ antes de que se desmovilizara e hizo un intenso lobby ante diversas agencias del Estado, entre ellas Incuagro, a favor de ex paramilitares del Bloque Elmer Cárdenas de las Auc.

En la investigación se citó además un artículo de la revista Cambio titulado "Contactos de Juan Felipe Sierra llegan hasta la Presidencia" y publicado en su edición 791 del 28 de agosto de 2008, en el que también cuestionaban los vínculos de Restrepo con empresarios, funcionarios y oficiales de la Policía cercanos a Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, creador de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia; denuncian que ella tuvo problemas con la Policía Antinarcóticos y sugieren que ella favoreció a una asociación campesina liderada por un hermano de alias ‘El Alemán’.

Después de mucho pensarlo porque quería evitar reabrir la polémica, y aunque han pasado varios meses desde estas publicaciones, Restrepo resolvió contarle su versión de los hechos a VerdadAbierta.com y explicar cómo su labor siempre fue oficial y cuál fue el incidente que según ella originó un interés por destruir su trabajo.

Restrepo Uribe decidió romper su silencio, pues considerara que todas esas publicaciones le han hecho mucho daño, no solo a nivel profesional, sino personal y familiar.

La reunión con ‘El Alemán’
En el trabajo periodístico de VerdadAbierta.com se hizo referencia a una entrevista que Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, comandante del Bloque Elmer Cárdenas de las Auc, le había dado en 2009 a VerdadAbierta.com, en la que dijo que se reunió con Victoria Eugenia Restrepo Uribe en zona rural de Necoclí, Antioquia, el 28 de diciembre de 2005.

Restrepo Uribe aclaró que fue a esa reunión, siguiendo instrucciones de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y que nunca antes había visto a Rendón Herrera. “A mí me llegó un correo electrónico el 15 de diciembre de 2005”, recuerda la ex funcionaria. Se trató de un mensaje enviado a Juan García, vocero civil del Bloque Elmer Cárdenas, con copia a ella, en el que se decía que “por instrucciones del Alto Comisionado para la Paz, de manera atenta le informo que la doctora Victoria Restrepo se contactará con ustedes para escucharle los planteamientos de lo que será la gerencia social para Urabá”.

En ese encuentro, los paramilitares le explicaron a Restrepo cómo era el plan que querían implementar en la región después de su desmovilización. “El primer argumento que tenían es que ellos no querían que se les entregara la plata que les daban de auxilio después de la desmovilización para que se la tomaran y la botaran y no hicieran nada”, explica la ex funcionaria. “Lo que querían era desarrollar procesos productivos y apelaron a mi experiencia con el programa de Familias Guardabosques, que estaba en la zona de Urabá”.

La idea era que con los ahorros que generaran los mismos desmovilizados con los aportes del gobierno nacional se pudieran cofinanciar proyectos productivos a través de los cuales se reinsertaran a la vida civil sin mayores traumatismos y contaran con el apoyo de las comunidades.

De esa primera reunión se hizo un acta que le fue enviada al Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, el 6 de enero de 2006, en la que se le explicaron los términos del encuentro y con algunas propuestas de trabajo para desarrollar con los desmovilizados siguiendo los propósitos planteados por los jefes del Bloque Elmer Cárdenas.

“Una de las primeras ideas que se puso en marcha fue la Gerencia Social para Urabá”, afirma Restrepo Uribe. “Arrancamos con ella y empezamos a buscar proyectos para los ex combatientes una vez se desmovilizaran. Llevamos expertos a la zona para que les hablaran de diversos temas, cacao y reforestación por ejemplo, para que ellos se fueran dando una idea de los proyectos a los que le quisieran apuntar”.

Para darle mayor transparencia al proceso, la ex funcionaria cuenta que invitó a ese proceso a funcionarios de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos y a la Organización de las Naciones Unidas en Colombia, quienes participaron en reuniones sucesivas con los paramilitares del Bloque Elmer Cárdenas para acabar de definir la propuesta de proyectos productivos.

“Se le pidió permiso a Naciones Unidas, en ese momento estaba Sandro Calvani, para que nos acompañaran en todo el proceso de reintegración. Ellos aceptaron y siempre hubo gente de Naciones Unidas en las reuniones. ¿Sabe por qué lo hice? Porque me daba mucho susto que nadie me creyera que estábamos haciendo las cosas bien”.

Incluso, dice Restrepo Uribe, Naciones Unidas le ayudó a conseguir recursos de cooperación para financiar algunos proyectos y además abrió una oficina en el municipio de Necoclí para manejar el tema con los desmovilizados. Desde allí se dirigieron dos proyectos. Uno que se conoció como Familias Guardagolfos, una propuesta de los mismos desmovilizados para cuidar el Golfo de Urabá, y otro de ecoturismo, en el cual participaban comunidades ribereñas que no tenían nada que ver con los ex paramilitares.

Finalmente, la ex funcionaria afirma que de su programa nunca salieron recursos directos para los reinsertados. “Nosotros pasábamos los dineros a Naciones Unidas, pues se habían convertido en operadores de los proyectos y garantes de este trabajo”.

Hizo lobby en Incuagro
Otro de los temas que abordó VerdadAbierta.com en relación con esta ex funcionaria fue su participación en las juntas de Incuagro, una incubadora de empresas que impulsa proyectos productivos en el país, entre ellos dos empresas caucheras (Caucho San Pedro y Procaucho) y dos reforestadoras (El Indio y La Gironda) asentadas en el Urabá antioqueño en las que tuvo participación activa Jairo Rendón Herrera, alias ‘Germán Monsalve’, hermano del ex comandante del Bloque Elmer Cárdenas y de alias ‘Don Mario, y el ex gerente del Fondo Ganadero de Córdoba, Benito Osorio Villadiego.

Al respecto, VerdadAbierta.com afirmó que “las actas registradas por la compañía a principios del 2006, se infiere que Restrepo hizo un fuerte lobby para que Incuagro apoyara los proyectos del Urabá”.

Restrepo Uribe cuestiona el sentido de esa afirmación, pues, según ella, la hace ver como si fuera “lobista” del Bloque Elmer Cárdenas. “Yo he repetido esto en infinidad de ocasiones: no conocí ni favorecí paramilitares, conocí desmovilizados, y soy una convencida de que todo el mundo en la vida merece una segunda oportunidad. Y si ellos decidieron tener una nueva vida, mi responsabilidad era sacarlos adelante”. Y justamente ese propósito la llevó a Incuagro.

“Estuve desde 2003 hasta diciembre de 2007 en la junta de esa entidad”, afirma y reitera la idea de que no le parecía malo trabajar por los desmovilizados. “Esa era mi responsabilidad y créame que no mucha gente trabaja por ellos con entrega, cariño y convicción. Primero, porque a la gente le daba miedo verse involucrada en ese tema; y segundo, porque le daba pereza. No había mucha gente en el Gobierno que se le midiera a ese trabajo”.

Según cuenta, comenzó a buscar proyectos que ya estaban ejecutándose con el fin de integrar a los desmovilizados. Fue así como llegó a dos procesos de Incuagro: las reforestadoras El Indio y La Gironda. “La idea era que vieran trabajos en desarrollo para que no se desanimaran”, dice Restrepo Uribe. “Confieso que me enamoré de ese proceso y el reto mío era sacar a esos muchachos de la guerra, evitar que reincidieran y mantenerlos en la cultura de la legalidad”.

Piedra de escándalo
Uno de los temas que la ex funcionaria rechazó con más ahínco fue el de sus supuestos nexos con paramilitares liderados por Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, hermano de alias ‘El Alemán’. VerdadAbierta.com hizo referencia a la publicación realizada por la revista Cambio en su edición N. 791, en la que hubo tres señalamientos en contra de la ex funcionaria: su cercanía con el empresario Juan Felipe Sierra Fernández y el general Marco Antonio Pedreros, sancionados por sus nexos con alias ‘Don Mario’; su aparente oposición a la labor de la Policía Antinarcóticos en algunas áreas de Antioquia donde al parecer hacía presencia alias ‘Don Mario’; y el supuesto otorgamiento de un contrato a Asocomun, una organización liderada por alias ‘Germán Monsalve’.

Las relaciones de Restrepo Uribe con Sierra Fernández y Pedreros fueron establecidas a través de una interceptación telefónica realizada, según Cambio, el 28 de julio de 2008, en desarrollo de una investigación para establecer los nexos de este empresario con la cúpula del grupo armado liderado por alias ‘Don Mario’. Parte del diálogo fue publicado por la revista y en él participan además el alto oficial de la Policía Nacional y el entonces director encargado de fiscalías de Medellín, Guillermo Valencia Cossio, quienes fueron acusados y sancionados por sus nexos con los nuevos paramilitares.

De acuerdo con la revista Cambio, la llamada la hacen desde el celular del general Pedreros, quien le dice a Restrepo Uribe que está almorzando con Sierra Fernández y Valencia Cossio, y aprovecha para proponerle un encuentro en el Bajo Cauca; luego le pasa a Valencia Cossio; y finalmente habla con Sierra Fernández, quien le pregunta: "Vicky, ¿y vos por qué sos amiga de este perro h.p. de Valencia Cossio junior?". Ella responde: “Yo no lo conozco a él, conozco a Ramiro y a Fabio”. De nuevo habla el empresario y le dice: “Ah no, conoces a los importantes, a este perro jamás te lo presentaré”. Ella se ríe y su amigo habla de nuevo: “Vos estás para gente importante... Este no”.

A juicio de la ex funcionaria, la conversación interceptada por las autoridades y publicada por ese medio de información no dice nada. Y explicó que conoce al empresario Felipe Sierra desde niña, pues fueron juntos al mismo colegio; y sobre Valencia Cossio dijo que lo conoció ese día por teléfono.

Agregó que con el general Pedreros trabajaba en el desarrollo del programa Antioquia libre de ilícitos y con él tuvo una interlocución constante, pues el oficial era en ese momento (2008) comandante regional de la Policía Nacional y todos los viernes se reunía con él en el Batallón Rifles de Caucasia para analizar el desarrollo de la erradicación de cultivos de hoja de coca. “Y a Valencia Cossio me lo presentó el general Pedreros ese día por teléfono. Yo no lo conocí personalmente”, dijo.

La publicación del 2008 también contiene una corta entrevista realizada a Restrepo Uribe en la que, citando informes de inteligencia, se le preguntó por su supuesta oposición a “la erradicación de cultivos en la zona de influencia de 'Don Mario'” y a sus enfrentamientos con oficiales de Antinarcóticos.

Restrepo Uribe dijo que no conocía los tales informes de inteligencia citados por Cambio y admite que tampoco los solicitó en el 2008, cuando la revista habló de su existencia. Lo que sí tiene claro es el origen del escándalo y no duda en señalar que en su contra hubo una campaña de desprestigio por parte de la cúpula de la Policía Antinarcóticos de la época, dirigida por el brigadier general Álvaro Caro Meléndez

“Le voy a explicar este episodio. Estábamos ejecutando el programa Antioquia libre de ilícitos en el Bajo Cauca y más o menos el 80 por ciento de toda la fuerza móvil del grupo de erradicación la concentramos en esa zona. Esa tarea nos llevó a Anorí y resulta que varios erradicadores murieron por una mina antipersonal. Fue un episodio muy doloroso. Hubo una reunión con la Policía, con el Ministerio, y decidimos seguir erradicando”.

Más o menos a los 20 días, continúa la ex funcionaria, “entró un infiltrado al campamento de erradicación y desde muy cerca disparó y mató a un capitán de la Policía Antinarcóticos. Al otro día viajamos a Caucasia el general Caro y yo. En el aeropuerto me dijo que iban a retirar la tropa del lugar y a correrla unos 21 kilómetros. Yo me opuse y le dije; me da pena con usted, pero hace unas semanas murieron unos erradicadores y aquí seguimos, hoy muere el capitán y con todo el dolor en el alma quedémonos, no nos vayamos, no nos pueden sacar de aquí”.

En medio de la discusión, Restrepo Uribe le dijo al oficial que valía tanto la vida de los erradicadores como la del capitán y le preguntó: “¿Y por qué el día que murieron los erradicadores no nos fuimos?”. Según ella, la pregunta le molestó a Caro Meléndez y le contestó: “En el tema de estrategia usted no se mete, porque usted no sabe de estrategia, de estrategia sé yo”. Al final, prevaleció la decisión del uniformado y movieron las tropas y el grupo de erradicadores los 21 kilómetros propuestos.

La ex funcionaria narra que para mantener la seguridad en las zonas de erradicación en Anorí le solicitó ayuda al Ejército Nacional, comandado en esa época por el general Fredy Padilla de León. “Llamé al General y le dije que la Policía se iba a ir del lugar; entonces le pedí que no me dejara sola y me enviara tropas para cuidar los erradicadores. Yo no los muevo si usted me garantiza la seguridad, le dije”.

El problema que vino después fue mayúsculo, según relata Restrepo Uribe, pues el tema de fue de conocimiento del Ministro de Defensa y del presidente Uribe, quien citó a la alta oficialidad para tratar el tema, pues estaba muy molesto con el asunto. “La reunión fue muy fuerte, muy dura. Cuando se acabó, el general Naranjo me abordó y me dijo: ‘Viste lo que armaste’. Yo le respondí, lo que armaron ustedes, porque primero, yo no llamé al Presidente, yo pedí ayuda del Ejército, y segundo, ustedes le mienten, porque ustedes sí se retiraron. Caro quedó furioso conmigo”.

Todo la ha llevado a concluir que este episodio le generó el intento de desprestigio que se refleja en la publicación de la revista Cambio. “Yo sé que a partir de esa pelea con Caro hubo una campaña, pero no puedo decir que al interior de la institución porque sería absolutamente injusta, pero que tuvieron la voluntad de desprestigiar mi labor a partir de esa pelea, estoy totalmente segura”.

Finalmente dijo que señalarla de oponerse a la erradicación es una falsedad, pues, tal como lo advierte, “los cultivos ilícitos se redujeron ostensiblemente, y se lo digo con toda la humildad del caso, cuando yo estuve al frente del programa. A mí nadie me puede decir que yo me opuse a eso”.

No sabía quién era ‘Germán Monsalve’
En la extensa investigación de VerdadAbierta.com se hizo una corta referencia a una asociación campesina de Urabá conocida como Asocomun, que era liderada por Jairo de Jesús Rendón Herrera, alias ‘Germán Monsalve’, hermano de Fredy y Daniel.

Para el año 2008, un informe judicial estableció que esa organización llegó a “la región de Tulapa e inició una labor social comunitaria para la erradicación manual de cultivos ilícitos y la generación de alternativas económicas y sociales”. Se la describió como “una asociación de juntas de acción comunal liderada por el Bloque Elmer Cárdenas, por cuya vía se quiso controlar el Proyecto de Familias Guardabosques para la erradicación manual de cultivos ilícitos”. Además, se constató que ‘Germán Monsalve’, su promotor, era “el tercero en la línea de mando de los Rendón Herrera y el encargado de legalizar sus negocios”.

Se dijo también en ese artículo que Asocomun había recibido un contrato del Programa contra Cultivos Ilícitos (PCI) por 467 millones de pesos con el fin de hacer un acompañamiento social al Programa de Familias Guardabosques que se estaba desarrollando en esa región agroindustrial de Antioquia.

Cuenta Restrepo Uribe que conoció a alias ‘Germán Monsalve’ en 2004, cuando ella llegó a la zona con el propósito de potenciar el programa Familias Guardabosques, que ya estaba en ejecución. “A él lo conocí ese año como un líder social de la zona. Yo no sabía que era hermano de ‘El Alemán’. Eso lo supe mucho tiempo después”.

¿Y cómo llegó Asocomun a ese programa? La ex funcionaria afirma que la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional (Acción Social) invitó a cinco entidades de la región para que hicieran una oferta con el fin de hacer un acompañamiento social al programa de Familias Guardabosques. Una de las invitadas a participar fue una unión temporal ente Asocomun y la Universidad Autónoma de Manizales. Al calificar los términos de referencia exigidos, los técnicos decidieron darle el contrato a esta última.

“Yo no busqué a Asocomun, tampoco participé en la calificación de las propuestas y muchos menos le di un contrato. La invitación la hizo Acción Social, en ese momento dirigido por Luis Alfonso Hoyos (ex embajador de Colombia en la OEA y nombrado director del Sena por el presidente Juan Manuel Santos), y el contrato lo firmó el representante legal de esa unión temporal, el rector de la Universidad, Francisco Cesar Vallejo”, explica Restrepo Uribe.

La ex funcionaria precisa que fue en desarrollo de ese contrato que conoció a alias ‘Germán Monsalve’ y que una vez escuchó rumores sobre su pertenencia a grupos paramilitares del Urabá antioqueño comenzó a preocuparse. Tal inquietud la llevó a enviar tres solicitudes de información a las autoridades en los años 2004, 2005 y 2008. En todas ellas la respuesta fue negativa: “Siempre dijeron que no registraban anotaciones en su contra ni tenían antecedentes de él. Mi tranquilidad es que siempre le pregunté a la Policía”.

“Lo que hice en mi paso por el gobierno nacional durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez fue con amor, entrega, sacrificio y, ante todo, con mucha rectitud. Nadie puede decir que hice las cosas mal hechas”, finaliza Restrepo.


“No favorecí a paramilitares”: Victoria Eugenia Restrepo Uribe

La ex coordinadora del Programa Presidencial contra Cultivos Ilícitos, quien fue señalada de ser cercana a alias ‘Don Mario’, rompió su silencio, contó su versión de los hechos y aclaró algunas informaciones de prensa publicadas en años pasados.

Luego de una larga conversación con periodistas de VerdadAbierta.com, Victoria Eugenia Restrepo Uribe, quien se desempeñó como Coordinadora Nacional del Programa contra Cultivos Ilícitos (PCI) durante la administración del presidente Álvaro Uribe, se defiende de los señalamientos que en los últimos tres años han hecho varios medios de comunicación sobre el posible favorecimiento que hizo desde su despacho oficial al bloque Élmer Cárdenas (Bec), de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).

La exfuncionaria asegura que nada tuvo que ver con éste, ni ningún grupo paramilitar; califica las acusaciones de infundadas, puesto que lo que buscaba era la reintegración a la vida civil de los integrantes del Bec y, según dice, jamás conoció a éstos mientras estuvieron en la guerra, sino como desmovilizados bajo los acuerdos de las Auc con el Gobierno Nacional; además, explica que los señalamientos en su contra se debieron al interés personal de un alto oficial de la Policía Nacional por desprestigiar su trabajo.

VerdadAbierta.com realizó una larga investigación para desentrañar cómo las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) erigieron su poder en esa región de Antioquia con una sofisticada estructura política y económica que siguió andando después de la desmovilización del Bec, en agosto de 2006.

En ese trabajo, cuyos hallazgos se incluyeron en un artículo titulado La telaraña de los ‘paras’ en Urabá y publicado el 14 de junio de 2011, aseguró que Restrepo Uribe se reunió en diciembre de 2005 con Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’ antes de que se desmovilizara e hizo un intenso lobby ante diversas agencias del Estado, entre ellas Incuagro, a favor de exparamilitares del Bloque Elmer Cárdenas de las Auc.

En la investigación se citó además un artículo de la revista Cambio titulado Contactos de Juan Felipe Sierra llegan hasta la Presidencia y publicado en su edición 791 del 28 de agosto de 2008, en el que también se cuestionan los vínculos de Restrepo con empresarios, funcionarios y oficiales de la Policía cercanos a Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, creador de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia; se advierten problemas con la Policía Antinarcóticos y se sugieren favorecimientos a una asociación campesina liderada por un hermano de alias ‘El Alemán’.

Después de mucho pensarlo porque quería evitar reabrir la polémica, y aunque han pasado varios meses desde estas publicaciones, Restrepo resolvió contarle su versión de los hechos a VerdadAbierta.com y explicar cómo su labor siempre fue oficial y cuál fue el incidente que según ella originó un interés por destruir su trabajo.

Restrepo Uribe decidió romper su silencio tras pensarlo durante muchos meses y considerar que todas esas publicaciones le han hecho mucho daño, no solo a nivel profesional, sino personal y familiar.


La reunión con ‘El Alemán’

En el trabajo periodístico de VerdadAbierta.com se hizo referencia a una entrevista que Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, comandante del Bloque Elmer Cárdenas de las Auc, le había dado en 2009 a VerdadAbierta.com, en la que dijo que se reunió con Victoria Eugenia Restrepo Uribe en zona rural de Necoclí, Antioquia, el 28 de diciembre de 2005.

Restrepo Uribe aclaró que fue a esa reunión, siguiendo instrucciones de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y que nunca antes había visto a Rendón Herrera. “A mí me llegó un correo electrónico el 15 de diciembre de 2005”, recuerda la ex funcionaria. Se trató de un mensaje enviado a Juan García, vocero civil del Bloque Elmer Cárdenas, con copia a ella, en el que se decía que “por instrucciones del Alto Comisionado para la Paz, de manera atenta le informo que la doctora Victoria Restrepo se contactará con ustedes para escucharle los planteamientos de lo que será la gerencia social para Urabá”.

En ese encuentro, los paramilitares le explicaron a Restrepo cómo era el plan que querían implementar en la región después de su desmovilización. “El primer argumento que tenían es que ellos no querían que se les entregara la plata que les daban de auxilio después de la desmovilización para que se la tomaran y la botaran y no hicieran nada”, explica la ex funcionaria. “Lo que querían era desarrollar procesos productivos y apelaron a mi experiencia con el programa de Familias Guardabosques, que estaba en la zona de Urabá”.

La idea era que con los ahorros que generaran los mismos desmovilizados con los aportes del gobierno nacional se pudieran cofinanciar proyectos productivos a través de los cuales se reinsertaran a la vida civil sin mayores traumatismos y contaran con el apoyo de las comunidades.

De esa primera reunión se hizo un acta que le fue enviada al Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, el 6 de enero de 2006, en la que se le explicaron los términos del encuentro y con algunas propuestas de trabajo para desarrollar con los desmovilizados siguiendo los propósitos planteados por los jefes del Bloque Elmer Cárdenas.

“Una de las primeras ideas que se puso en marcha fue la Gerencia Social para Urabá”, afirma Restrepo Uribe. “Arrancamos con ella y empezamos a buscar proyectos para los ex combatientes una vez se desmovilizaran. Llevamos expertos a la zona para que les hablaran de diversos temas, cacao y reforestación por ejemplo, para que ellos se fueran dando una idea de los proyectos a los que le quisieran apuntar”.

Para darle mayor transparencia al proceso, la ex funcionaria cuenta que invitó a ese proceso a funcionarios de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos y a la Organización de las Naciones Unidas en Colombia, quienes participaron en reuniones sucesivas con los paramilitares del Bloque Elmer Cárdenas para acabar de definir la propuesta de proyectos productivos.

“Se le pidió permiso a Naciones Unidas, en ese momento estaba Sandro Calvani, para que nos acompañaran en todo el proceso de reintegración. Ellos aceptaron y siempre hubo gente de Naciones Unidas en las reuniones. ¿Sabe por qué lo hice? Porque me daba mucho susto que nadie me creyera que estábamos haciendo las cosas bien”.

Incluso, dice Restrepo Uribe, Naciones Unidas le ayudó a conseguir recursos de cooperación para financiar algunos proyectos e incluso, abrió una oficina en el municipio de Necoclí para manejar el tema con los desmovilizados. Desde allí se dirigieron dos proyectos. Uno que se conoció como Familias Guardagolfos, una propuesta de los mismos desmovilizados para cuidar el Golfo de Urabá, y otro de ecoturismo, en el cual participaban comunidades ribereñas que no tenían nada que ver con los ex paramilitares.

Finalmente, la exfuncionaria afirma que de su programa nunca salieron recursos directos para los reinsertados. “Nosotros pasábamos los dineros a Naciones Unidas, pues se habían convertido en operadores de los proyectos y garantes de este trabajo”.

Hizo lobby en Incuagro

Otro de los temas que abordó VerdadAbierta.com en relación con esta ex funcionaria fue su participación en las juntas de Incuagro, una incubadora de empresas que impulsa proyectos productivos en el país, entre ellos dos empresas caucheras (Caucho San Pedro y Procaucho) y dos reforestadoras (El Indio y La Gironda) asentadas en el Urabá antioqueño en las que tuvo participación activa Jairo Rendón Herrera, alias ‘Germán Monsalve’, hermano del excomandante del Bloque Elmer Cárdenas y de alias ‘Don Mario, y el exgerente del Fondo Ganadero de Córdoba, Benito Osorio Villadiego.

Al respecto, VerdadAbierta.com afirmó que “las actas registradas por la compañía a principios del 2006, se infiere que Restrepo hizo un fuerte lobby para que Incuagro apoyara los proyectos del Urabá”.

Restrepo Uribe cuestiona el “sentido” de esa afirmación, pues, según ella, la hace ver como si fuera “lobista” del Bloque Elmer Cárdenas. “Yo he repetido esto en infinidad de ocasiones: no conocí ni favorecí paramilitares, conocí desmovilizados, y soy una convencida de que todo el mundo en la vida merece una segunda oportunidad. Y si ellos decidieron tener una nueva vida, mi responsabilidad era sacarlos adelante”. Y justamente ese propósito la llevó a Incuagro.

“Estuve desde 2003 hasta diciembre de 2007 en la junta de esa entidad”, afirma y reitera la idea de que no le parecía malo trabajar por los desmovilizados. “Esa era mi responsabilidad y créame que no mucha gente trabaja por ellos con entrega, cariño y convicción. Primero, porque a la gente le daba miedo verse involucrada en ese tema; y segundo, porque le daba pereza. No había mucha gente en el Gobierno que se le midiera a ese trabajo”.

Según cuenta, comenzó a buscar proyectos que ya estaban ejecutándose con el fin de integrar a los desmovilizados. Fue así como llegó a dos procesos de Incuagro: las reforestadoras El Indio y La Gironda. “La idea era que vieran trabajos en desarrollo para que no se desanimaran”, dice Restrepo Uribe. “Confieso que me enamoré de ese proceso y el reto mío era sacar a esos muchachos de la guerra, evitar que reincidieran y mantenerlos en la cultura de la legalidad”.

Piedra de escándalo

Uno de los temas que la ex funcionaria rechazó con más ahínco fue el de sus supuestos nexos con paramilitares liderados por Daniel Rendón Herrera, alias ‘don Mario’, hermano de alias ‘El Alemán’. VerdadAbierta.com hizo referencia a la publicación realizada por la revista Cambio en su edición N. 791, en la que se sugirieron tres situaciones en contra de la exfuncionaria: su cercanía con el empresario Juan Felipe Sierra Fernández y el general Marco Antonio Pedreros, sancionados por sus nexos con alias ‘Don Mario’; su aparente oposición a la labor de la Policía Antinarcóticos en algunas áreas de Antioquia donde al parecer hacía presencia alias ‘Don Mario’; y el supuesto otorgamiento de un contrato a Asocomun, una organización liderada por alias ‘Germán Monsalve’.

Las relaciones de Restrepo Uribe con Sierra Fernández y Pedreros fueron establecidas a través de una interceptación telefónica realizada, según Cambio, el 28 de julio de 2008, en desarrollo de una investigación para establecer los nexos de este empresario con la cúpula del grupo armado liderado por alias ‘Don Mario’. Parte del diálogo fue publicado por la revista y en él participan además el alto oficial de la Policía Nacional y el entonces director encargado de fiscalías de Medellín, Guillermo Valencia Cossio, quienes fueron acusados y sancionados por sus nexos con los nuevos paramilitares.

De acuerdo con la revista Cambio, la llamada la hacen desde el celular del general Pedreros, quien le dice a Restrepo Uribe que está almorzando con Sierra Fernández y Valencia Cossio, y aprovecha para proponerle un encuentro en el Bajo Cauca; luego le pasa a Valencia Cossio; y finalmente habla con Sierra Fernández, quien le pregunta: "Vicky, ¿y vos por qué sos amiga de este perro h.p. de Valencia Cossio junior?". Ella responde: “Yo no lo conozco a él, conozco a Ramiro y a Fabio”. De nuevo habla el empresario y le dice: “Ah no, conoces a los importantes, a este perro jamás te lo presentaré”. Ella se ríe y su amigo habla de nuevo: “Vos estás para gente importante... Este no”.

A juicio de la exfuncionaria, la conversación interceptada por las autoridades y publicada por ese medio de información no dice nada. Y explicó que conoce al empresario Felipe Sierra desde niño, pues fueron juntos al mismo colegio; y sobre Valencia Cossio dijo que lo conoció ese día por teléfono.

Agregó que con el general Pedreros trabajaba en el desarrollo del programa Antioquia libre de ilícitos y con él tuvo una interlocución constante, pues el oficial era en ese momento (2008) comandante regional de la Policía Nacional y todos los viernes se reunía con él en el Batallón Rifles de Caucasia para analizar el desarrollo de la erradicación de cultivos de hoja de coca. “Y a Valencia Cossio me lo presentó el general Pedreros ese día por teléfono. Yo no lo conocí personalmente”, dijo.

La publicación del 2008 también contiene una corta entrevista realizada a Restrepo Uribe en la que, citando informes de inteligencia, se le preguntó por su supuesta oposición a “la erradicación de cultivos en la zona de influencia de 'Don Mario'” y a sus enfrentamientos con oficiales de Antinarcóticos.

Restrepo Uribe dijo que no conocía los tales informes de inteligencia citados por Cambio y admite que tampoco los solicitó en el 2008, cuando la revista habló de su existencia. Lo que sí tiene claro es el origen del escándalo y no duda en señalar que en su contra hubo una campaña de desprestigio por parte de la cúpula de la Policía Antinarcóticos de la época, dirigida por el brigadier general Álvaro Caro Meléndez

“Le voy a explicar este episodio. Estábamos ejecutando el programa Antioquia libre de ilícitos en el Bajo Cauca y más o menos el 80 por ciento de toda la fuerza móvil del grupo de erradicación la concentramos en esa zona. Esa tarea nos llevó a Anorí y resulta que varios erradicadores murieron por una mina antipersonal. Fue un episodio muy doloroso. Hubo una reunión con la Policía, con el Ministerio, y decidimos seguir erradicando”.

Más o menos a los 20 días, continúa la ex funcionaria, “entró un infiltrado al campamento de erradicación y desde muy cerca disparó y mató a un capitán de la Policía Antinarcóticos. Al otro día viajamos a Caucasia el general Caro y yo. En el aeropuerto me dijo que iban a retirar la tropa del lugar y a correrla unos 21 kilómetros. Yo me opuse y le dije; me da pena con usted, pero hace unas semanas murieron unos erradicadores y aquí seguimos, hoy muere el capitán y con todo el dolor en el alma quedémonos, no nos vayamos, no nos pueden sacar de aquí”.

En medio de la discusión, Restrepo Uribe le dijo al oficial que valía tanto la vida de los erradicadores como la del capitán y le preguntó: “¿Y por qué el día que murieron los erradicadores no nos fuimos?”. Según ella, la pregunta le molestó a Caro Meléndez y le contestó: “En el tema de estrategia usted no se mete, porque usted no sabe de estrategia, de estrategia sé yo”. Al final, prevaleció la decisión del uniformado y mantuvo la decisión de mover las tropas y el grupo de erradicadores los 21 kilómetros propuestos.

La ex funcionaria narra que para mantener la seguridad en las zonas de erradicación en Anorí le solicitó ayuda al Ejército Nacional, comandado en esa época por el general Fredy Padilla de León. “Llamé al General y le dije que la Policía se iba a ir del lugar; entonces le pedí que no me dejara sola y me enviara tropas para cuidar los erradicadores. Yo no los muevo si usted me garantiza la seguridad, le dije”.

El problema que vino después fue mayúsculo, según relata Restrepo Uribe, pues el tema de fue de conocimiento del Ministro de Defensa y del presidente Uribe, quien citó a la alta oficialidad para tratar el tema, pues estaba muy molesto con el asunto. “La reunión fue muy fuerte, muy dura. Cuando se acabó, el general Naranjo me abordó y me dijo: ‘Viste lo que armaste’. Yo le respondí, lo que armaron ustedes, porque primero, yo no llamé al Presidente, yo pedí ayuda del Ejército, y segundo, ustedes le mienten, porque ustedes sí se retiraron. Caro quedó furioso conmigo”.

Todo la ha llevado a concluir que este episodio le generó una respuesta de desprestigio que se refleja en la publicación de la revista Cambio. “Yo sé que a partir de esa pelea con Caro hubo una campaña, pero no puedo decir que al interior de la institución porque sería absolutamente injusta, pero que tuvieron la voluntad de hacer un desprestigio a mi labor a partir de esa pelea, estoy totalmente segura”.

Finalmente dijo que señalarla de oponerse a la erradicación es una falsedad, pues, tal como lo advierte, “los cultivos ilícitos se redujeron ostensiblemente, y se lo digo con toda la humildad del caso, cuando yo estuve al frente del programa. A mí nadie me puede decir que yo me opuse a eso”.

No sabía quién era ‘Germán Monsalve’

En la extensa investigación de VerdadAbierta.com se hizo una corta referencia a una asociación campesina de Urabá conocida como Asocomun, que era liderada por Jairo de Jesús Rendón Herrera, alias ‘Germán Monsalve’, hermano de Fredy y Daniel.

Para el año 2008, un informe judicial estableció que esa organización llegó a “la región de Tulapa e inició una labor social comunitaria para la erradicación manual de cultivos ilícitos y la generación de alternativas económicas y sociales”. Se la describió como “una asociación de juntas de acción comunal liderada por el Bloque Elmer Cárdenas, por cuya vía se quiso controlar el Proyecto de Familias Guardabosques para la erradicación manual de cultivos ilícitos”. Además, se constató que ‘Germán Monsalve’, su promotor, era “el tercero en la línea de mando de los Rendón Herrera y el encargado de legalizar sus negocios”.

Se dijo también en ese artículo que Asocomun había recibido un contrato del Programa contra Cultivos Ilícitos (PCI) por 467 millones de pesos con el fin de hacer un acompañamiento social al Programa de Familias Guardabosques que se estaba desarrollando en esa región agroindustrial de Antioquia.

Cuenta Restrepo Uribe que conoció a alias ‘Germán Monsalve’ en 2004, cuando ella llegó a la zona con el propósito de potenciar el programa Familias Guardabosques, que ya estaba en ejecución. “A él lo conocí ese año como un líder social de la zona. Yo no sabía que era hermano de ‘El Alemán’. Eso lo supe mucho tiempo después”.

¿Y cómo llegó Asocomun a ese programa? La ex funcionaria afirma que la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional (Acción Social) invitó a cinco entidades de la región para que hicieran una oferta con el fin de hacer un acompañamiento social al programa de Familias Guardabosques. Una de las invitadas a participar fue una unión temporal ente Asocomun y la Universidad Autónoma de Manizales. Al calificar los términos de referencia exigidos, los técnicos decidieron darle el contrato a esta última.

“Yo no busqué a Asocomun, tampoco participé en la calificación de las propuestas y muchos menos le di un contrato. La invitación la hizo Acción Social, en ese momento dirigido por Luis Alfonso Hoyos (ex embajador de Colombia en la OEA y nombrado director del Sena por el presidente Juan Manuel Santos), y el contrato lo firmó el representante legal de esa unión temporal, el rector de la Universidad, Francisco Cesar Vallejo”, explica Restrepo Uribe.

La ex funcionaria precisa que fue en desarrollo de ese contrato que conoció a alias ‘Germán Monsalve’ y que una vez escuchó rumores sobre su pertenencia a grupos paramilitares del Urabá antioqueño comenzó a preocuparse. Tal inquietud la llevó a enviar tres solicitudes de información a las autoridades en los años 2004, 2005 y 2008. En todas ellas la respuesta fue negativa: “Siempre dijeron que no registraban anotaciones en su contra ni tenían antecedentes de él. Mi tranquilidad es que siempre le pregunté a la Policía”.

“Lo que hice en mi paso por el gobierno nacional durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez fue con amor, entrega, sacrificio y, ante todo, con mucha rectitud. Nadie puede decir que hice las cosas mal hechas”, finaliza Restrepo. 

miércoles, febrero 22

"LOS JUECES ESTAN EN UNA TRAMPA MORAL"



Nota del editor: 

"un ojo por un ojo terminará dejando a todo el mundo ciego"   Gandhi

Por su pertinencia y por la trascendencia que pudiera tener los conceptos que incluyen, de una claridad meridiana y un notorio desapego ideológico,  en este caso es absolutamente necesario transcribir una entrevista al académico Iván Orozco, quien hace una radiografía en nuestro concepto de lo que está ocurriendo en la justicia colombiana. Coincide totalmente con los conceptos que hemos venido exponiendo en este blog, y deja ver el papel real que debe jugar la justicia en la reconciliación, y como no lo está haciendo. Resaltamos el criterio del profesor Orozco, quien será otra voz que clama en el desierto, pero que ya logró por lo menos decirlo publicamente y con valentia en un medio de trascendencia como la revista Semana, cuna de "la Verdad Abierta".


"LOS JUECES ESTÁN EN UNA TRAMPA MORAL" (ENTREVISTA A IVÁN OROZCO)
Sábado 18 Febrero 2012


El abuso de la figura de lesa humanidad, la sacralización de las víctimas y satanización de los victimarios, y el sesgo antiestatal de los derechos humanos son algunos de los problemas que tienen a la Justicia dando bandazos, según Iván Orozco. 


Iván Orozco es uno de los intelectuales más interesantes del país. Como profesor de la Universidad de los Andes y como miembro del grupo de memoria histórica ha puesto el dedo en la llaga sobre las encrucijadas de la Justicia, de los derechos humanos y de la guerra misma. Es políticamente incorrecto, pero sus reflexiones son tan controvertidas como pertinentes. SEMANA lo entrevistó a raíz del fallo reciente del Tribunal Superior que ratificó la condena al coronel Alfonso Plazas Vega, para saber qué tanta verdad se está reconstruyendo con estos fallos.



SEMANA: ¿Tiene pies o cabeza que el expresidente Belisario Betancur sea llamado por la Corte Penal Internacional como lo sugirió en su reciente fallo el Tribunal Superior de Bogotá?


Iván Orozco: Eso tiene que ver con el perrateo del concepto de lesa humanidad y es un error de la judicatura. Están calificando los crímenes como de lesa humanidad por su gravedad y eso no tiene nada que ver con el Estatuto de Roma. La CPI califica los crímenes de lesa humanidad por su carácter sistemático y masivo. Nuestras cortes están haciendo un ejercicio de memoria infinita hacia adelante y hacia atrás que, en casos como este, lo único que se hizo fue echarle leña al fuego y favorecer la polarización.


SEMANA: ¿Hay una paradoja moral en el hecho de que Gustavo Petro sea alcalde y el Ejército tenga que pedir perdón?


I.O.: Lo que ocurre es que el discurso de los derechos humanos tiene un sesgo antiestatal, porque nace para controlar al Estado absolutista del Leviatán, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial y la experiencia del Estado totalitario, que era el gran victimario potencial. Los derechos humanos corrigen la asimetría entre el poder del Estado y el del ciudadano. Pero se paga un costo alto por eso porque se hacen muy visibles las responsabilidades del Estado y se vuelven invisibles las de los enemigos de este. 


SEMANA: ¿Eso es lo que se le puede criticar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos?


I.O.: Yo creo que la CIDH es heredera de la tradición de Núremberg. La Segunda Guerra Mundial fue una guerra total en la que ninguno de los bandos respetó la distinción entre objetivos civiles y militares, donde hubo todo tipo de retaliaciones y un proceso de victimización horizontal. Sin embargo, en los juicios de Núremberg se separaron de manera radical los campos de la víctima y el victimario. Los actos de guerra se sacaron de su contexto y se presentaron como ocurridos en una dictadura. Fue una justicia de vencedores. Ese legado casó como anillo al dedo en la América Latina de las dictaduras militares donde el Estado tenía el monopolio de los instrumentos de barbarie, mientras la población estaba indefensa. Montada sobre esos dos pilares, la Corte Interamericana es punitiva en exceso. 


SEMANA: Entonces ¿es cierto que los jueces no entienden la guerra?


I.O.: En parte es cierto porque con la lupa de los derechos humanos no pueden ver el colapso del Estado y las múltiples responsabilidades en la victimización. Está bien que hablen de verdad, justicia y reparación y empoderen a las víctimas. Eso es un avance civilizatorio. Pero si se somete el Derecho Penal a esa lógica, se desbalancea el equilibro entre derechos de las víctimas y del reo. Se construye un derecho penal de enemigo. 


SEMANA: Por ese camino ¿está la Justicia cerrándole el camino a un eventual proceso de reconciliación?


I.O.: Los jueces están metidos en una especie de trampa moral. Tienen pánico moral porque los discursos humanitarios han ido demasiado lejos en la construcción de una víctima y de un victimario ideal. Prueba de ello es la incapacidad para trajinar con las víctimas políticamente complejas.


SEMANA: ¿Cuáles son esas?


I.O.: Víctimas que tienen una responsabilidad por ejemplo en los hechos que condujeron a su propia victimización. En el proceso de justicia y paz ha habido situaciones como que unas víctimas reconocieron que habían participado en el secuestro de uno de los jefes paramilitares imputados. El sistema deja a un lado esa complejidad. Trabaja con víctimas y victimarios puros, seguramente para lograr que funcione. Pero eso tiene un efecto brutal porque separa de manera radical la justicia de la verdad. 


SEMANA: Pero mostrar esa complejidad puede terminar por servirle de justificación al victimario… 


I.O.: Ese riesgo existe. Yo acepto que en un primer momento, con miras a empoderar a las víctimas, sin duda va a ser más fácil la restitución de tierras si tenemos una visión purificada de ellas. Pero en el mediano plazo eso se convierte en una trampa porque la sociedad está llena de zonas grises, que son la humanidad compartida entre victimarios y víctimas. 


SEMANA: ¿Y qué es exactamente una zona gris?


I.O.: Un ejemplo perfecto de figura de zona gris es Irma Franco, la guerrillera desaparecida en el Palacio de Justicia. Ella es victimaria porque hace parte del grupo que se toma el Palacio. Pero en la medida en que sobrevive a la batalla de la contratoma y queda en condición de indefensión se convierte en víctima. Un principio básico es que la víctima no lo es por inocente sino por indefensa. Para la sociedad es importante mandar el mensaje de que las víctimas complejas son víctimas. Pero la Justicia no ha sido capaz de representar a ese tipo de víctimas. 


SEMANA: ¿Ese es el caso por ejemplo de muchos miembros de la UP?


I.O.: Ahí puede haber una gran zona gris.


SEMANA: Con la tesis de la responsabilidad mediata que condenó a Plazas Vega, y en un país con tantos crímenes de guerra ¿se va a ir medio Ejército para la cárcel?


I.O.: Yo digo que en las cortes hay un pánico moral, una incapacidad para reaccionar razonablemente frente al problema de la impunidad y una gran incapacidad de ser selectivos. Si hay algo patético es la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que equipara el concierto para delinquir agravado con un crimen de lesa humanidad. Eso empantana la Justicia. ¿Qué puede hacer una Fiscalía a la cual le presentan la guerra colombiana como un bloque de acero constituido todo por un solo crimen de lesa humanidad?


SEMANA: ¿Qué consecuencias tendrá esto para un eventual proceso de paz?


I.O.: En el pasado, cuando se negociaba la paz se daba por descontado que la Justicia no alcanzaba las cúpulas porque era con ellas que se negociaba. La nueva conciencia humanitaria está interesada sobre todo en la responsabilidad de las cúpulas. Ese es el problema más serio para una negociación. 


SEMANA: En ese caso ¿tienen entonces razón los militares al buscar un fuero ampliado?


I.O.: Sentencias como la del Tribunal Superior, en la medida en que contienen despropósitos como lo de Belisario, dan papaya para quienes defienden el fuero ampliado. Personalmente no comparto eso. En la medida en que se prolongue la guerra, un fuero ampliado le quita control al Estado sobre la gestión militar y el precio que se paga en legitimidad internacional es muy alto. 


SEMANA: Pero si se trata de un Ejército vencedor… 


I.O.: Una guerra que se barbariza es una guerra en la cual el Ejército no puede mostrarse como el único que no incurrió en barbarie o que aquella fue cometida por cuatro manzanas podridas. Hubo momentos donde la ideología forzó la barbarie, como en los años setenta y ochenta, con la doctrina de seguridad nacional y que explica en buena medida que el Ejército se haya ensangrentado profundamente en la guerra. Quienes aquí piensan que pueden hacer una justicia de vencedores, de autoamnistía, donde ellos van arropados en la bandera como héroes y los enemigos son los únicos que cometieron barbaridades, están equivocados.


SEMANA: Pero el presidente Santos parece respaldar esa aspiración… 


I.O.: Él es el comandante en jefe del Ejército en un país en guerra. No tiene margen de maniobra y se expone a una fractura que ni yo quiero imaginar. Por eso la paz negociada es una fórmula necesaria aun en un contexto de victoria estratégica del Estado porque permite construir una verdad y una memoria del conflicto. 


SEMANA: Pero si no hay una negociación ¿cómo lidiar con el pasado?


I.O.: Estamos aprendiendo sobre la marcha. Creo que las cortes deberían sacudirse un poco de la obediencia debida a la jurisprudencia del exterior. Debería ser una obediencia reflexiva. El viejo principio de soberanía debería ser retomado a la luz de la pertinencia. 


SEMANA: Pero es real que la CPI u otras cortes pueden llegar a intervenir en Colombia, y de hecho, cada día el Estado es condenado… 


I.O.: La CPI como tribunal penal que es, y a pesar de ser heredera de Núremberg, todavía recoge la tradición liberal y es capaz de pensar políticamente criterios de selectividad. De hecho, la Fiscalía de la CPI tiene una discrecionalidad para decidir si escoge o no un caso. Y ello indica que la selectividad es legítima. El sistema interamericano, en cambio, está creando un impacto terrible. Hoy el galimatías de las jurisprudencias para un futuro proceso de paz es inaudito. Hay contradicciones y enredos entre terrorismo, delito político y derechos humanos, es un paquete inmanejable y que configura un muro frente al que va a ser muy difícil negociar.