miércoles, noviembre 21

Investigan a Incoder, notarías y Fondo Ganadero de Córdoba por despojo


Investigan a Incoder, notarías y Fondo Ganadero de Córdoba por despojo
Martes, 20 de Noviembre de 2012 12:57


Fiscalía investiga a miembros del Fondo Ganadero y a funcionarios del Incoder y de notarias de Montería y de Apartadó, por el despojo de tierras en el Urabá antioqueño y cordobés.

La Fiscalía investiga el despojo de miles de hectáreas de tierra en Córdoba y Urabá. VerdadAbierta.com




Durante el juicio que se adelanta contra el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso dentro de Justicia y Paz, Liliana Donado, fiscal encargada de la Unidad de persecución de bienes, anunció que se están adelantando investigaciones penales y disciplinarias en contra de varios funcionarios del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder y de notarias de Montería y de Apartadó que colaboraron con los paramilitares en el despojo de tierras en Córdoba y Antioquía.

Así mismo, Donado informó ante los magistrados de Justicia y Paz, que la fiscalía delegada ante la Corte Suprema de Justicia está investigando a miembros del Fondo Ganadero de Córdoba, quienes presuntamente se aliaron con las autodefensas de Salvatore Mancuso y de los hermanos Fidel, Carlos y Vicente Castaño para usurpar tierras a campesinos a finales de la década de los noventa. (Leer El fraude de los Castaño para despojar)

Dentro de los investigados se encuentra Carlos Sotomayor, actual gerente del Fondo Ganadero de Córdoba, quien para la fecha de los hechos participaba como representante del Ministerio de Agricultura dentro del Fondo.

Cabe aclarar que el Fondo Ganadero de Córdoba es una sociedad de economía mixta que tiene un 20 por ciento de participación del Estado a través del Ministerio de Agricultura, hecho que explica la presencia de Sotomayor en el Fondo para la época de los hechos.

Estas investigaciones son resultado de las versiones del extraditado Salvatore Mancuso y de Benito Osorio Villadiego, quien fuera durante diez años gerente del Fondo Ganadero de Córdoba y quien ha sido investigado por sus nexos con los paramilitares hasta que un juez de Montería anuló su proceso.

Al final, la fiscalía será la encargada de establecer cómo, con la complicidad del Incoder y de las Notarias de Montería y Apartadó, el Fondo Ganadero de Córdoba se apropió de 6.500 hectáreas de tierra de las que habían sido desplazadas por los paramilitares, al menos 60 familias de campesinos cordobeses y antioqueños.

Según Salvatore Mancuso, la complicidad del Fondo Ganadero con los paramilitares fue tal, que “dentro de los predios de los que se apropió el fondo con complicidad del Incoder y de las notarias, Carlos Castaño tenía un inmueble que le servía como refugio. En esta finca también se firmó el acuerdo donde se conformaron las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc”.

Así funcionó la confabulación para despojar
Detrás del despojo de más de diez mil hectáreas y del desplazamiento de miles de campesinos de la región del Urabá antioqueño y Cordobés, existió una maquinaria de corrupción en la que participaron funcionarios de la notaria 3 de Montería, la notaria de Apartadó, el Incoder y el Fondo Ganadero de Córdoba.

Según las investigaciones adelantadas por la fiscalía y la información aportada por ex jefes paramilitares, todas estas entidades se confabularon con la Fundación para la Paz de Córdoba, Funpazcor, una ong creada por los hermanos Fidel, Carlos y Vicente Castaño para facilitar el despojo de tierras en la región.

Funpazcor, que era representada por Sor Teresa Gómez, cuñada de los hermanos Castaño - hoy prófuga de la justicia- era la encargada de coordinar con las distintas entidades la maquinaria del despojo paramilitar que facilitó que el Fondo Ganadero de Córdoba hiciera compras masivas de tierras a precios irrisorios. “Mientras la hectárea de tierra en la zona se comercializaba a 300 mil pesos aproximadamente, el Fondo Ganadero pagó cerca de 50 mil pesos por cada hectárea a los campesinos”, aseguró la Fiscal Liliana Donado.

“Sor Teresa Gómez actuó como intermediaria entre las víctimas del despojo y el Fondo Ganadero de Córdoba a través de poderes falsos de los campesinos”, señaló la fiscal Donado, quien agregó que estos poderes tenían graves vicios legales e inconsistencias en las firmas y en las huellas de los campesinos que supuestamente estaban vendiendo sus tierras de manera voluntaria al Fondo Ganadero.

En las escrituras que resultaron de las compras masivas en las que aparece la firma de Benito Osorio, para entonces presidente del Fondo como comprador, la Superintendencia de Notariado y Registró encontró que las irregularidades también salpicaban a funcionarios de la notaria tres de Montería y la única notaría de Apartadó, por esta razón, según la Fiscal donado, la Superintendencia adelanta una investigación disciplinaria y la fiscalía una penal.

Según Benito Osorio quien fuera el gerente del Fondo Ganadero de Córdoba, fue la junta directiva del Fondo Ganadero la que aprobó entre el 97 y el 98, la compra masivas de entre 100 y 109 predios de los que los paramilitares habían desplazado a miles de campesinos. Allí, el Fondo sustituyó con ganadería extensiva, los pequeños cultivos de los campesinos.

“La junta directiva (entre la que se encontraba Benito Molina, Víctor León Fernández, Luis Gallo Restrepo y Carlos Sotomayor, actual gerente del Fondo, según Benito Osorio), había aprobado estas compras para asegurar el dominio de los paramilitares en la región”, aseguró la Fiscal Donado, quien basándose en las declaraciones Osorio y de Mancuso compulsó copias en agosto de este año para que se iniciaran las correspondientes investigaciones.

De acuerdo con la exposición de Donado, “el Fondo Ganadero se dio cuenta que las tierras no eran buenas para la ganadería extensiva y por eso en su momento hicieron contratos de de arrendamiento con cooperativas de proyectos productivos manejados por desmovilizados, relacionados con la Casa Castaño y los ‘paras’ de Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’.

Finalmente la fiscal Donado aseguró que el Fondo Ganadero de Córdoba anunció su intención de devolver estas tierras a los campesinos que fueron víctimas del despojo paramilitar.
Última actualización el Martes, 20 de Noviembre de 2012 15:11

jueves, noviembre 8

Los acuerdos por la verdad con los desmovilizados rasos de las AUC

Por César Paredes, periodista de SEMANA

ENTREVISTAEn diálogo con SEMANA, Álvaro Villarraga, de la Dirección de Acuerdos por la Verdad, explicó cómo avanza el proceso para que los desmovilizados rasos salgan del limbo jurídico.
Jueves 8 Noviembre 2012
Más de 10.000 desmovilizados de las AUC se han comprometido a contribuir con la verdad histórica sobre su participación en el conflicto armado. Ellos hacen parte del cuerpo de combatientes que no están cobijados por la Ley de Justicia y Paz, que sirvió para la desmovilización de este grupo ilegal. Ahora podrán disfrutar de los beneficios jurídicos que les otorgó otra ley, la 1424 de 2010, que tiene por objetivo resolver su situación jurídica, a cambio de contar a un grupo de expertos cuáles fueron los hechos que permitieron el nacimiento y consolidación del paramilitarismo. Aunque estos testimonios no serán parte de procesos judiciales en contra de estos desmovilizados, sí podrán servir como parte de la verdad judicial contra terceros.

A propósito de esta nueva etapa que vive el proceso de desmovilización de los paramilitares, SEMANA habló con Álvaro Villarraga, jefe de la Dirección de los Acuerdos por la Verdad (DAV), el equipo de expertos que recibirá los testimonios de los desmovilizados.

SEMANA: ¿Qué son los acuerdos por la verdad?
Álvaro Villarraga: Los desmovilizados (a quienes no se les pudo aplicar un indulto porque fue declarado inconstitucional por las cortes), que no han cometido crímenes graves, que no han cometido delitos a partir de su reinserción y que han logrado una reintegración efectiva, tienen la posibilidad de ir al Centro de Memoria Histórica para aportar a los informes de la verdad y obtener un beneficio penal: se suspenden los procesos judiciales en su contra, si los tienen.

SEMANA: ¿Esa información tiene que ser verificada y verificable o es un aporte que no tiene un efecto jurídico para otras investigaciones?

Á.V.: Nosotros como Centro de Memoria Histórica recogemos su versión, la cotejamos y valoramos con fuentes de distinto tipo que exista. Además la contrastamos como lo considera la ley con valiosa información que podrá llegar de las victimas y con todo el que quiera aportar. Se trata de construir unos informes y en la medida en que se pueda detectar que existen aportes significativos, el centro hará una certificación de que el desmovilizado cumplió con su aporte a la verdad. Los desmovilizados que participen en este ejercicio y que entreguen aportes a la verdad y sean certificados , no podrán tener consecuencias penales por los hechos revelados. Es la regla de juego de los ejercicios de memoria histórica y su esclarecimiento. Pero como bien lo aclaró la Corte Constitucional en la sentencia de revisión, sí tiene efectos para terceras personas que puedan ser mencionadas en testimonios.

SEMANA: ¿Es un beneficio para los combatientes rasos?
A.V.: Sí, el artículo uno de la ley dice que no pueden participar quienes hayan cometido graves delitos, sino delitos relacionados con la pertenencia al grupo ilegal.

SEMANA. ¿Qué beneficios tiene para la memoria del país este proceso?
A.V: Hay en marcha un esfuerzo por dilucidar la verdad. Construir esa verdad ha implicado ya un aporte de diferente orden: las mismas víctimas con sus organizaciones, informes de la comunidad internacional, los procesos judiciales ordinarios como los de Justicia y Paz, han aportado a la verdad. No obstante, lo obtenido con la Ley de Justicia y Paz es una revelación parcial, no están todos los hechos. Con el nuevo proceso hay una oportunidad en aras de completar la verdad de lo sucedido con el fenómeno del paramilitarismo.

SEMANA: ¿Los desmovilizados tienen que acudir al Centro de Memoria?
A.V.: La ley le entrega la responsabilidad de ubicar a los desmovilizados a la Agencia para la Reintegración, la misma entidad es la que recibe la información de manera directa de la Fiscalía, de los organismos de seguridad y de la Policía para verificar si los delitos efectivamente no son graves y si no ha habido reincidencia del delito. Y es la misma agencia la que constata si se está cumpliendo una ruta positiva de reintegración. Con todo este paquete de requisitos la Agencia de Reintegración, en representación del gobierno nacional ha procedido a firmar con los desmovilizados unos acuerdos. Ya hay 10 mil que han firmado acuerdos. Después los remiten al Centro de Memoria Histórica

SEMANA: ¿Cuántos serían los beneficiados?
A.V.: El año pasado se inscribieron 24.000 desmovilizados. Este año han sido descartados más de 3 mil y han sido considerados como posibles participantes 15.000. De ellos han firmado compromisos con la verdad cerca de 10.000.

SEMANA: Esto debió empezar hace rato, ¿no se ha perdido tiempo valioso?
A.V. Este es un proceso que viene desde 2006 y que ha sido muy traumático. Es de recordar que inicialmente se aplicó masivamente un indulto a los combatientes. A juicio de las cortes esa fue una figura inconstitucional porque el delito político —al que se aplica el indulto— no obedecía a la naturaleza del paramilitarismo. Luego vino la ley 1312 de 2009 que les otorgó el principio de oportunidad y que también la Corte Constitucional declaró inconstitucional. Después surgió la ley 1424. Ha sido un proceso de varios años, tiempo que ha estado en contra de los desmovilizados.

SEMANA: La semana pasada se hicieron las capacitaciones de quienes van a recibir los testimonios de los desmovilizados. ¿En qué consistió el proceso?
A.V.: El Centro de Memoria Histórica nos ha encargado este ejercicio con los desmovilizados. En los últimos meses se estructuró un equipo nacional y otros regionales, en seis departamentos, que hemos estado capacitándonos e investigando lo sucedido con cada una de las estructuras paramilitares. La semana pasada nos reunimos 79 personas de las regiones para culminar ese proceso intenso de capacitación y diseño de los instrumentos para recibir los testimonios.

SEMANA: ¿Ese instrumento podría aplicarse con las Farc, en una eventual desmovilización de ese grupo guerrillero?
A.V.: En la construcción de la verdad histórica que necesita el país, frente a la grave crisis de derechos humanos, deben concurrir múltiples esfuerzos. El grupo de memoria histórica ha hecho un trabajo privilegiando la voz de las víctimas, pero la verdad también necesita del aporte de los victimarios. Con relación a los integrantes de la guerrilla, de las Farc y del ELN hay expectativas para que, producto de ese proceso de paz, puedan existir canales de contribución a la verdad histórica.

Estamos en una coyuntura importante para que la verdad se construya con todos los actores implicados en este conflicto.

SEMANA: ¿Las víctimas van a participar en estos ejercicios?

A.V.: Se harán unas reuniones en las que ellas pueden participar.

SEMANA: ¿Cómo será el manejo de esa información?
A.V.: La información se va a procesar de manera muy discreta. En 2013 se van a producir dos informes regionales alusivos a estructuras paramilitares y en el 2014 otros informes.

SEEMANA: ¿Qué se resuelve con esto?
Á.V.: Este esfuerzo permite resolver tres cosas: contribuye a construir verdad, en segundo lugar, permitiría culminar con el proceso de desmovilización. Y si tiene éxito., ayudaría a conocer el fenómeno del paramilitarismo.

SEMANA: Y finalmente, ¿cuál es el plazo para recoger los testimonios?
A.V.: Está previsto este semestre y los dos años siguientes para cumplir la meta.

jueves, septiembre 20

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domingo, septiembre 16

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viernes, septiembre 14

CONTRATO PLAN PARA EL GRAN DARIEN


Nace alianza para frenar pobreza en el Gran Darién
NOTA DEL EDITOR DE URABAHOY: Ojalá y funcione, por que mientras siguen actuando con saña en la población de Urabá, todas las formas de la miseria, y principalmente el Hambre y la Violencia.


Tomado de elcolombiano.
Tres departamentos y 25 municipios se unieron por primera vez en la historia del país para frenar la pobreza extrema y lograr que un millón de personas tengan, entre otras cosas, servicios públicos, educación y salud. 

Esta alianza, denominada contrato plan Gran Darién, pondrá a disposición de los municipios un billón de pesos que los alcaldes podrán utilizar presentando proyectos que se enmarquen en las prioridades ya establecidas como desarrollo social, vivienda y servicios públicos y desarrollo productivo.

En cifras, el proyecto ya está diseñado. El presupuesto inicial será cercano al billón de pesos de los cuales la Nación financiará cerca del 68 por ciento, con recursos por el orden de los 697.518 millones de pesos. Mientras que los tres departamentos financiarán el 32 por ciento restante por 330.398 millones de pesos. 

Este dinero también está dividido por prioridades. En desarrollo productivo se invertirán 57 mil millones de pesos, en vivienda 305 mil millones, en desarrollo social aproximadamente 520 mil millones, en salud 96,5 mil millones, en inclusión social 379 mil millones, en educación 47 mil millones y en infraestructura serán 142 mil millones de pesos.

La expectativa 
Es gracias a estas inversiones, que el alcalde de Unguía, Chocó, Víctor Gómez, tiene la esperanza de que en tres años su municipio tenga el servicio de energía las 24 horas del día. “Este proyecto lo que tiene es bondades. Ahora lo que debemos hacer es comenzar a presentar los proyectos, para que las obras comiencen a llegar”.
El mismo sueño de tener energía todo el día, lo tiene su vecino, el alcalde de Acandí, Gabriel José Olivares , quien además de esto espera la ampliación del aeropuerto de Capurganá. “La inversión es algo histórico para el departamento, es un proyecto muy bondadoso y todos estamos comprometidos”. 

Por su parte, el alcalde de El Carmen de Atrato, Chocó, Alexander Echavarría, explicó que su municipio resultará favorecido con proyectos productivos y con la construcción de una vía que los comunicará con Urrao, en Antioquia. Sostuvo además que están buscando iniciativas que ayuden a gestionar la integración regional y así fortalecer las áreas de educación, vivienda y salud. 

“Vemos en el contrato plan una esperanza. Sin embargo, hay cierto escepticismo porque nos preocupa qué tan efectivo será, qué tanta celeridad van a tener los recursos”, dijo el mandatario. 

Por su parte, el alcalde de Tierralta, Córdoba, Carlos Arturo Cogollo, dijo que su preocupación se centra en que la organización funcione siempre y la sintonía inicial no se pierda. “Tenemos muchas expectativas y esto va a funcionar si nos organizamos, si hay una verdadera planeación. La preocupación nuestra es que aún no sabemos cómo se va acceder finalmente y cómo priorizamos lo inmediato. La intención es buena, tenemos ya el mecanismo”, dijo Cogollo.

El alcalde de Apartadó, Antioquia, Luis Gonzalo Giraldo , quien actúo durante la firma del contrato como el vocero de los mandatarios, sostuvo que en el grupo de 25 alcaldes hay voluntad y que esperan que con esta iniciativa “se acabe con las fronteras que han marginado los territorios y por eso estamos comprometidos para que estos proyectos lleguen a nuestras regiones”.

¡Histórico! 
El presidente Juan Manuel Santos, quien estuvo en la firma del contrato que se realizó en Quibdó, Chocó, calificó como “histórica” esta alianza e indicó que este es “un paso importantísimo para el desarrollo del país”. 

Sostuvo, además, que desde ya los alcaldes deben comenzar a ejecutar los recursos y que esta alianza es una herramienta de coordinación interinstitucional que lo que busca es desarrollo territorial. 

“Cuando dos instituciones trabajan conjuntamente y coinciden es cuando se da el desarrollo. Una sola no puede, la ley por si sola no se traduce en resultados concretos si no hay trabajo mancomunado de mucha gente y el interés y el liderazgo”, puntualizó

Y es histórica la firma de este contrato no sólo porque se enfoca en invertir una suma de dinero jamás vista en esta región, sino porque está visibilizando el rosario de necesidades que tienen estos municipios, que contrasta con los dotes que tienen en recursos naturales. Así lo dejaron ver los gobernadores, quienes son también los más interesados en que la iniciativa funcione en armonía, por el futuro de la región. 

Por lo menos así lo expresó el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo , quien destacó que este proceso se ha hecho con todo el rigor y bajo el marco de la igualdad. “Esto no es una improvisación, este es el fruto de un trabajo consagrado de mucha gente que lo ha hecho muy bien. Lo que nosotros hagamos acá va a marcar un rumbo especial dentro de la configuración de nuestro territorio en el tema de la descentralización”.

El gobernador de Chocó, Luis Gilberto Murillo , manifestó que esta es una “inmejorable oportunidad para llevar prosperidad a los habitantes de un territorio que tanto lo necesita como el del Atrato y el Gran Darién”.

Alejandro Lyons , gobernador de Córdoba, reconoció que articular no será fácil, pero que, como ya se ha dicho, hay corresponsabilidad. “La gente tiene la esperanza de que estos proyectos lleguen lo más pronto y deben entender que esta no es una solución inmediata y no con abrir y cerrar de ojos vamos a cambiar la realidad”.

ANÁLISIS

Hay que darles juego a los alcaldes de la región

Adolfo Eslava 
Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Eafit

La firma del contrato plan es un hecho bastante positivo porque demuestra que están trabajando en una dirección que en algunas ocasiones nuestros gobernantes descuidan y es en la coordinación institucional. Esa coordinación actúa en varios frentes, uno es el que puede existir entre el Gobierno Nacional y un gobierno local y el otro el que debe existir entre territorios distintos, como en este caso. Ahora, hay un asunto central y es la región en la que está enfocado el proyecto, en la que se desarrollará el contrato plan, ya que esta es una región fundamental para el desarrollo del país. Tenemos una región golpeada por fenómenos de violencia y de pobreza en contraste con las riquezas naturales y con su biodiversidad que, sin duda, pone el contrato plan en la dirección adecuada. 

Lo que no puede pasar con esta iniciativa es que el centralismo que tanto le criticamos al gobierno de Juan Manuel Santos, se traslade a Medellín a Montería o a Quibdó. No. Hay que darle la importancia que tiene a estos alcaldes. Hay que darles juego a sus propias necesidades. Esto tiene que ser desde una mirada de acompañamiento, no una mirada de imposición. Debe tener juego la dinámica local, los actores locales. Estamos empezando desde cero, en muchos de estos municipios ni siquiera es fortalecer la institucional, sino la creación de la institucionalidad y ahí lo que hay que hacer es una apuesta política para llegar a estas regiones. En síntesis, hay que apostarle a la coordinación institucional, al desarrollo económico y social alrededor de estas comunidades que tradicionalmente hemos olvidado, no solo Quibdó. En Antioquia tenemos municipios como Murindó y Vigía del Fuerte que están en el completo olvido, ellos tienen con este contrato plan la oportunidad de desarrollo que les han negado durante tanto tiempo”.

PARA SABER MÁS

ATACAR LA MINERÍA ILEGAL Y CUIDAR LAS VÍAS, METAS EN SEGURIDAD

Luego de firmar el Contrato Plan del Gran Darién, el presidente, Juan Manuel Santos realizó un Consejo de Seguridad en Quibdó para revisar la situación de orden público del departamento del Chocó. Al final de la reunión, Santos señaló que se reforzará la acción contra la minería ilegal, “porque esa forma de delinquir está realmente trayendo perjuicios de todo tipo”. También anunció la construcción de un nuevo Comando de Policía en la capital del departamento, con un costo cercano a 20 mil millones de pesos. Además de la inversión en infraestructura se espera tener lugar para aumentar el pie de fuerza en 150 policías. 

Así mismo, se espera que en noviembre lleguen vehículos blindado y motos para fortalecer el Plan Meteoro, que pretende proteger las carreteras y sobre todo las obras que están realizando en la vía Quibdó-Medellín y Quibdó-Pereira. Finalmente, el Presidente señaló los avances de acciones contra la guerrilla. “Tres cabecillas del Eln y las Farc han muerto en combate y se han desmovilizado o capturado a 65 más”. Reconoció que contra las bandas criminales hay que “fortalecer la ofensiva”.

OPINIONES

FORMULACION DE PROYECTOS

María Eugenia Ramos
Directora de Planeación Antioquia

“Un contrato plan es un mecanismo que se creó a través de la Ley 1454 de 2011. Esta ley propende por la asociatividad y las articulaciones en los territorios y busca fundamentalmente que los departamentos y las distintas instancias territoriales aunemos esfuerzos de manera coordinada para intervenir territorios que son conjuntos. A partir de la suscripción de este acuerdo se procederá a la formulación detallada de cada uno de los proyectos priorizados y la asignación de recursos, incluido el trámite presupuestal por parte de los entes territoriales”.

DESDE ADENTRO

¿QUÉ ES UN CONTRATO PLAN?

Es una unión de diferentes departamentos con sus municipios con situaciones comunes para ponerse de acuerdo y crear sinergias en temas que sean de interés de esa región. “Identifican los corredores de desarrollo, las zonas donde hay posibilidades de progreso, y en forma conjunta hacen los planes y ejecutan esos planes”, dijo el presidente Santos. La idea es sumar esfuerzos para hacer inversiones conjuntas en cadenas de producción, servicios públicos y obras de infraestructura, entre otros temas. El del Gran Darién es el primero de seis contratos plan para el país.

COLOMBIAN HEADLINES

A PARTNERSHIP TO FIGHT POVERTY IS BORN

Chocó, Antioquia and Córdoba are joining forces with the National Government to fight poverty with the Gran Darien contract plan, which puts one billion pesos at the disposal of 25 municipalities. Mayors must make proposals focused on pre-established priorities, like housing or productive development, to receive funds. A ‘contract plan’ is a tool outlined in the 2010-2014 National Development Plan and, according to the President, is “what development is about (...) so resources reach those who need them the most and there is more equitable distribution of development.”

EN DEFINITIVA

La unión de 25 municipios en tres departamentos es la primera iniciativa que se plantea en el país para frenar la pobreza en el Gran Darién. El presupuesto de la alianza es de un billón de pesos.

miércoles, junio 6

EL ROSTRO DE LA GUERRA








Nota del editor de Urabahoy: 
Por favor, lea este artículo publicado por el diario el colombiano de Medellín, observe con detenimiento la escena que se recrea en la fotografía del fotógrafo vietnamita Nick Ut y reflexione sobre la escena que proyecta. No olvide que se repite cientos de miles de millones de veces por todo el mundo, vuelve a ocurrir, todos los días, con personas de otras etnias y nacionalidades, en muchos países, y también en Colombia.

Sepa que en este momento, escenas parecidas o peores están ocurriendo en cualquier parte del mundo y que también puede estar ocurriendo en este mismo momento en nuestro país.

 ¿Es este el presente que merecen los niños? 

¿así se esta construyendo el futuro que les heredaremos? 

¿que le permite a alguien causar semejante dolor a los niños, o a cualquier ser humano? 

¿con que principio jurídico se puede amparar esta ignominia? ¿Como se justifica?

La foto de la "niña del napalm" cumple 40 años


La famosa fotografía de la "niña del napalm" cumple este viernes 40 años convertida en un icono de los estragos de la guerra, un aniversario en el que sus protagonistas recordaron la capacidad de una imagen para cambiar el curso de la Historia.

Kim Phuc tenía solo 9 años cuando un avión del Ejército survietnamita bombardeó su pequeño pueblo de Trang Bang, cerca de Ho Chi Minh (entonces Saigón), en un ataque coordinado con el mando estadounidense que trataba de controlar el abastecimiento por carretera entre Camboya y Vietnam.

Los informes de Estados Unidos indicaban que no había civiles en la localidad, según explicaron posteriormente los militares al frente de la operación, quienes dieron luz verde al lanzamiento de misiles cargados de napalm, un combustible capaz de calcinar cualquier forma de vida, que convirtió el lugar en un infierno en llamas.

"Hasta entonces yo era una niña feliz", aseguró Phuc quien atemorizada se había refugiado con su familia en el templo de Cao Dai.

El fuego de esas bombas, que alcanza 1.200 grados, carbonizó sus ropas y le causóquemaduras en el 65 por ciento de su cuerpo, especialmente en su espalda y brazo izquierdo, cuya piel se derretía del calor.

Phuc salió corriendo por la carretera desnuda, presa del dolor -"¡muy caliente, muy caliente!", gritaba-, con el rostro en llanto, igual que otros de sus parientes. Un momento que inmortalizó el fotógrafo vietnamita Nick Ut quien cubría la Guerra de Vietnam para la agencia estadounidense Associated Press.

Esa instantánea tomada el 8 de junio de 1972 dio la vuelta al mundo y mostró los horrores del conflicto a la sociedad internacional hasta el punto de que fue decisiva para acelerar el final de los enfrentamientos.

"La Guerra de Vietnam terminó gracias a esa fotografía", aseguró el fotógrafo, quien esta semana se reencontró con Phuc en una conferencia organizada por la iglesia baptista Liberty de Newport Beach, en el sur de California.

Aquella imagen fue una de las muchas que tomó Ut en aquel conflicto, aunque ésa marcó su carrera y le valió el premio Pulitzer.

"Para mí parece que fue ayer, es muy triste, miro de nuevo a las fotografías y se ve lo terrible que fue la guerra, todas las guerras, no solo Vietnam", comentó el reportero gráfico que ahora tiene 61 años y aún sigue en activo.

Ut volvió a desempolvar aquellas instantáneas con motivo del 40 aniversario de aquel 8 de junio, unos documentos que no captan lo que pasó a continuación pero que el fotógrafo se encargó de narrar.

"Fui a ayudarla al instante (a Phuc) porque su piel se le estaba desprendiendo del brazo y la espalda. No quería que muriera. Dejé mi cámara y empecé a echarle agua encima, luego la metí en mi carro y nos fuimos al hospital, sabía que podría morir en cualquier momento", relató Ut.

Kim Phuc llegó en estado crítico al centro médico y el personal, escaso de recursos, la envió directamente al tanatorio, donde pasó tres días.

"Pero no me moría", contó Phuc, quien gracias a un amigo de su padre terminó por ser realojada en unas instalaciones para quemados donde estuvo bajo tratamiento durante 14 meses.

"Es un milagro que sobreviviera", confesó la mujer cuya historia emocionó a los feligreses californianos a los que enseñó las cicatrices en su brazo quemado, aún visibles a pesar dehaberse sometido a 17 operaciones para reconstruir el tejido incinerado por el napalm.

Las secuelas psicológicas, apuntó Phuc, duraron mucho más. En su caso, encontró la paz que estaba buscando en 1982 a través de la fe cristiana que ahora predica con una sonrisa, según declaró.

"Estoy muy contenta. Pienso que la fotografía es un regalo muy poderoso para mí y creo que el mundo es mejor gracias a ella, porque ha hecho que la gente sea más consciente cuando piensa en guerras", manifestó.

Tras la Guerra de Vietnam, Kim Phuc fue utilizada por el Gobierno comunista del país para campañas de propaganda hasta que logró que le permitieran ir a estudiar a Cuba, donde aprendió un poco de español y conoció a su esposo.

En 1992, cuando volvía de su viaje de novios de Moscú a La Habana aprovechó una escala de su avión en Canadá para pedir asilo político.

Desde hace 15 años es embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

miércoles, mayo 23

EL OLOR DE LA GUERRA


Tomado de REVISTA ARCADIA

Por: Marta Ruiz.



Conozco a un hombre al que un olor lo sacó de la guerra. Era un combatiente revolucionario convencido. Había soportado con estoicismo la tortura, la cárcel, la soledad y la austeridad del monte. Había disparado cientos de veces su arma. Estaba dispuesto a morir como lo hacen muchos guerrilleros, con la idea de que la muerte los purifica, y los eleva a un nivel superior de vida. Una idea mística que los ha mantenido al resguardo de la inutilidad de sus existencias.

Pero un día cualquiera fue testigo de algo terrible. Un hombre de su edad, combatiente como él, joven y valiente, acababa de ser destrozado por varias granadas y disparos. Estaba moribundo. Su cuerpo lleno de heridas y de esquirlas ya no sangraba: el pus y los gusanos manaban de sus llagas. A varios metros de distancia, su carne putrefacta olía a mortecina. Pero era un hombre vivo. Un hombre cuyo corazón palpitaba y que suplicaba ya no para ser salvado, sino para que sus compañeros le trataran con caridad: que lo mataran. Sobrevivir era demasiado insoportable. El hombre que conozco sintió que todas sus ideas altruistas sobre la violencia se vinieron abajo. No fue capaz de empuñar más las armas. Su amor por la guerra se transformó en desazón y asco. Y tuvo que abandonarla.

Nicolás Maquiavelo dice en el Arte de la Guerra que los hombres que se dedican toda la vida al combate no son confiables. Son mercenarios y no ciudadanos. La guerra horada el espíritu de las personas, lo vuelve putrefacto como el cuerpo de aquel moribundo. Eso mismo le ocurre a un país que abraza con fervor al principio, y luego con indiferencia y cinismo, el camino de la violencia. Como Colombia.

Hace poco leí en el libro de Eduardo Pizarro sobre las Farc (reditado a finales del año pasado) su inquietante temor: “a veces pienso que en Colombia la confrontación armada no tendrá un cierre simbólico, un antes y un después, sino que viviremos la lenta descomposición de las dos guerrillas que restan en la arena de la guerra”. Comparto ese miedo a que no haya fin. Sólo un desgaste perpetuo, fronterizo e inútil que nos deje como resultado una nación herida, de la que supura odio y exclusión.

La paz se ha convertido en una palabra desprestigiada y proscrita. Un estigma sobre el que cabalgan aquellos que defienden el plomo y la pólvora, pero que no conocen su olor. Aquellos que abrazan sus intereses y rentas, y no sus desdichas.

Desde que escribe comunicados, Timochenko me ha hecho pensar en ese hombre al que conozco, al que el espectáculo de un cuerpo descompuesto le otorgó el sinsentido de la guerra. Tras su grandilocuencia, su discurso pomposo que invoca castigos celestiales, carros de fuego y batallas homéricas, se escurre el dolor por la muerte. Por los suyos: Reyes, Cano, Ríos, Jojoy. En sus palabras, la muerte es una pesadilla, una afrenta, y la guerra, un fardo pesado que llevan sus combatientes obligados por las circunstancias. No ya el camino inexorable hacia el futuro. No son los muertos ya las piedras que tapizan la victoria. Trata de darle sentido a una guerra que ya no lo tiene. Hay en su voz un resquicio de humanidad. ?Timochenko teme la humillación en la derrota. Porque la derrota ya parece consumada. Clama por un diálogo que devuelva los tiempos idos. Aquellos donde era dable discutir con las Farc el país del futuro. Pero presumo que esos tiempos solo volverán sobre la base de un imperativo: abandonar la guerra. ¿Tendrá Timochenko el coraje de reconocer el desastre que ha causado su violencia?

Santos tiene en sus manos la victoria de la guerra. Y en consecuencia, la oportunidad de ser generoso. Y podrá serlo tanto como la sociedad se lo permita. Eso si se alzan voces diferentes al bullicio de las extremas (derechas e izquierdas) que quieren condenarnos a una confrontación sin final.

Soy de las que piensa que estamos en un momento crucial. La guerra todavía nos huele mal. Remotamente mal. Pero como todo, podríamos acostumbrarnos a ello. A su hedor apestoso. Convertirnos en un país mercenario para siempre. En una nación cuyas heridas putrefactas ya no conmuevan a nadie.

Las Tiendas de Paz son el camino del retorno en Antioquia




Las tiendas para la paz buscan acercar los víveres y la comida a los habitantes de corregimientos.Foto: Archivo Particular.Iniciativa de la Unidad de Víctimas le apuesta al retorno de las comunidades del oriente antioqueño.Oriente antioqueño. Cocorná, San Francisco, San Luis y Granada son municipios del oriente antioqueño que comparten un pasado común manchado por la violencia que dejaron grupos guerrilleros y paramilitares. El desplazamiento fue la principal cicatriz de su acción armada, que de a poco se ha ido curando con el retorno de los campesinos a sus tierras."Por acá somos ricos en hijos, pero en plata quedamos muy pobres por el desplazamiento", señala Calixto Ciro, un hombre de campo, que se crió en la vereda San Isidro, en San Francisco (Antioquia). A sus 69 años es el presidente de la Junta de Acción Comunal de esta vereda y uno de los beneficiarios de Tiendas de Paz, iniciativa de la Unidad de Atención y Reparación a las Víctimas del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), apoyada por Bavaria, el Sena y la Corporación Interactuar. Este proyecto, que nació de la estrategia Retornar es Vivir, del Gobierno Nacional, le apuesta al retorno de las comunidadesque dejaron el campo por la violencia, otorgándoles proyectos de vida que les brinden una estabilidad socioeconómica. "Tiendas de Paz nace de un ejercicio que tenía la misma comunidad antes del desplazamiento. Ellos tenían tiendas comunitarias en las que la gente accedía al producto mínimo de la canasta familiar. La idea es que ahora esos negocios se conviertan en centros de acopio y, a través de ejercicios como el trueque, se pueda tener impacto y sostenibilidad", explica Magdonia Pérez, asesora del grupo de retornos y reubicaciones de la Unidad de Víctimas del DPS. Con la presencia de los actores armados en la región, las tiendas veredales se convirtieron en fortines, pues allí se abastecían para iniciar sus patrullajes. En algunos casos, los encargados de estos negocios fueron estigmatizados por miembros de un bando, quienes los acusaban de apoyo al enemigo. Pero para el campesino, la tienda era el lugar de reunión y a la vez elcentro de abastecimiento que le evitaba movilizarse durante horas hasta la cabecera municipal para buscar sus elementos de primera necesidad.Recuperar esas facilidades es una de las premisas de Tiendas de Paz, que en su primera fase permitió fortalecer cuatro establecimientos y crear dos nuevos.Calixto y sus vecinos estrenaron hace unos cuatro meses su tienda en la vereda San Isidro. Se trata de una construcción de dos pisos, con fachada de ladrillo, junto a una trocha por la que transitan algunas motos, mulas, caballos, gente a pie, y, una vez a la semana, un bus escalera. Sobre el techo cuelga pan en bolsa. En las neveras reposan las bebidas y los lácteos. En las vitrinas, que dan la bienvenida, están algunas golosinas y elementos de aseo y hasta de papelería. Sobre los estantes del fondo se ven el arroz, los granos, la panela y el aguardiente. Nelson -el administrador- atiende a los clientes y registra las ventas en un moderno computador, dotado de software para llevar el inventario, que además sirve de radio. Afuera, María Lucena Martínez, quien se encarga de la tienda de jueves a sábado, comenta que "lo que más se vende es arroz, panela, gaseosa", aunque uno de los clientes de paso se atreve a decir que la reina en ventas es "la agria (cerveza)". María Lucena vive en la vereda hace 19 años y en el 2003 salió desplazada hacia San Francisco. "La zona estaba minada. Dicen que por la parte de abajo venían los 'paracos' acabando con todo, entonces a uno le da miedo y se va", recuerda. Resalta que "la gente está muy contenta con la tienda, es el centro de reunión por las tardes. Es un proyecto muy bueno, pero más bueno va a quedar cuando podamos hacerle el techo, un piso en la entrada y así tener mesas". La tranquilidad y la esperanza que años atrás atravesaron las balas hoy las están recuperando no solo los habitantes de la vereda San Isidro, sino también los de Cocorná, San Francisco, San Luis y Granada, donde se replicó esta iniciativa. "Este tema va a jalonar muchas cosas, un tejido social importante alrededor de la tienda, un tema de trabajo en equipo, fortalecimiento a las Juntas de Acción Comunal, que son importantes para el desarrollo de las veredas", manifiesta Fernando Jaramillo, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Bavaria, quien anunció un apoyo de 450 millones de pesos para una segunda fase, y no descartó que se extienda a otras regiones del país. Nicolás Congote GutiérrezEnviado especial de EL TIEMPO*




martes, mayo 15

EN BLANCO Y NEGRO

 |14 Mayo 2012 - 11:00 pm TOMADO DE EL ESPECTADOR.COM
En blanco y negro
Por: Aura Lucía Mera

Si la polarización existente en Colombia se pudiera sintetizar en un sola persona, ésta sería Piedad Córdoba.Así como su origen, padre negro y madre blanca, todos sus actos, sus palabras y sus gestos son calificados implacablemente en blanco y negro. O se le quiere o se le odia. Le pregunté a un amigo, conocedor como nadie sobre nuestra historia, si algún día veríamos un país despolarizado. Me respondió que no aspiraba a tanto, pero que le gustaría ver una Colombia con una polarización civilizada. Algo que veo casi inalcanzable.Pero vuelvo a Piedad. Me encantó la última entrevista publicada en la revista Bocas de El Tiempo, realizada por María Paulina Ortiz. Preguntas bien hiladas, respuestas salidas del alma. El alma de una mujer valiente. El alma y los sentimientos de una mujer que —no sé de dónde ha sacado las fuerzas— nunca se ha dejado arrinconar ante las acusaciones más viles.Querámoslo o no, el retorno a la libertad de muchos hermanos secuestrados por una guerrilla que hace años cambió sus ideales —creo que muy al comienzo los tuvieron— por el narcotráfico, el asesinato de civiles, el terrorismo y la barbarie. La libertad de ellos, repito, se la debemos, en gran parte, grandísima parte a Piedad Córdoba.Algunas de sus declaraciones escandalizan. Políticos de triple moral se rasgan las vestiduras. La acusan de guerrillera. Pero si analizamos sus palabras, sin dejarnos llevar por el odio atávico, tendremos que reconocer que en la mayoría de los casos tiene la razón.Su último logro tiene al borde de un ataque de nervios a gamonales. Uribe está al borde de tomar folidol. La clase dirigente, que entre otras es la responsable del mal manejo ancestral de la política, de toda la violencia y sangre desatada. Si desde los sillones de los salones del Jockey los dueños del país se hubieran tomado la molestia de tomar en serio al campesinado desplazado por la violencia partidista, estoy segura de que nuestra realidad sería muy diferente.El pasado no se puede cambiar. Somos el fruto de él. Pero lo que sí es un hecho es que estamos saturados de sangre, de desigualdades. Por eso al movimiento de la Marcha Patriótica tenemos que tomarlo en serio. Es la verdadera oportunidad para escuchar las voces de los que nunca han tenido voz. Es la oportunidad para el acercamiento y la reconciliación. Piedad Córdoba es representante por la izquierda liberal. Logró reunirlos. Millares, pacíficamente, pidiendo que cesen las matanzas.Marcha Patriótica, si no se deja polarizar, puede llegar a ser la verdadera fuerza política de una izquierda racional en Colombia. Si no cae en la trampa de la politiquería, las prebendas, la corrupción o la manipulación de las Farc.Personalmente felicito a Piedad Córdoba. Es una mujer berraca, quien desde pequeña le tocó vivir en carne propia la discriminación. No se le perdona que sea hija de negro, hija de blanca, que sea de izquierda, que diga las cosas. Muchos la quieren ver muerta. Últimamente se han descubierto para eliminarla. Dios la proteja. Necesitamos más Piedades. Menos procuradores curuchupas y menos expresidentes esquizofrénicos. Tenemos que cambiar. La respeto y la admiro. Tengo el paraguas listo para contener la lapidación.

CARTA AL CONGRESO PARA QUE APRUEBEN EL "MARCO LEGAL PARA LA PAZ"







Medellín, Mayo 14 de 2012


Honorables
Representantes a la Cámara
Comisión Primera
Congreso de la República de Colombia


Cordial saludo.


Estamos viviendo un momento muy especial del país, pareciera que las puertas del desarrollo, la democracia y la paz se fueran abriendo cada vez más, conduciéndonos hacia un porvenir más próspero.


Como muchos saben abandoné totalmente la guerra, asumí como compromiso interior y público el trabajar hasta el final de mis días por la paz de Colombia, que junto al pedido continuo de perdón a la sociedad por lo que hice desde mi actividad en las armas, es la forma que tengo de reparación y no repetición. Desde esta experiencia me quiero dirigir hoy a ustedes honorables miembros de la Cámara de Representantes.


Estuve detenido por 16 años, en dos ocasiones y en diferentes prisiones del país. Hoy continuo sub-judice y lo estaré todavía por 6 años más. No fue esta larga condena lo que me motivó a abandonar la guerra, sino la convicción de acabar con esta barbarie, causada por todos los actores y que afecta a toda la población. En mi caso particular no conté con una oferta digna y menos con una herramienta jurídica diferente a la justicia punitiva. En verdad nunca fui para mis excompañeros un ejemplo motivante para un proceso de paz. Hoy ustedes, señores Representantes, con el Marco Legal de Paz tienen la oportunidad histórica de construir esa oferta digna y motivar el último proceso de paz y reconciliación.


Motivado en esta reflexión escribí una carta pública a mis excompañeros del Comando Central del ELN pidiéndoles que antes de iniciar cualquier proceso de negociación tomaran la decisión interna de abandonar definitivamente las armas, como premisa básica para el éxito del último acuerdo político de conciliación en Colombia. He mantenido, además, un intercambio permanente con el Senador Roy Barreras y la Comisión de Paz del Senado en aras del análisis, reflexión y fortalecimiento de los postulados que hoy están expuestos en el proyecto de ley.


El gobierno del Presidente Santos cuenta con suficientes recursos económicos y militares, con una fuerza insuperable y con gran capacidad de combate para enfrentar la violencia, el Estado no está en riesgo. Pero no cuenta con instrumentos jurídicos, ni con la unidad de criterios y proceder en las Ramas de Poder Público ni en la sociedad para convenir el pacto final de paz. El principal problema no es la guerra, es cómo construir el cese de la violencia. Las instituciones estatales sólo se han ocupado temporalmente de la paz, y más bien se han dedicado a administrar el conflicto tratando de reducirlo a niveles tolerables para garantizar su autoconservación ; en razón de ello al ejecutivo históricamente se le ha otorgado facultades extraordinarias para combatir militarmente las diferentes expresiones de violencia, incluso para tributar a favor de la guerra. ¿Por qué hoy esta institucionalidad, después de 50 años de violencia ininterrumpida, no puede buscar medidas excepcionales para culminar definitivamente el conflicto en Colombia?


Para que una propuesta sea viable, el Estado en su conjunto debe comprender que no va a ser posible el exterminio de la guerrilla por la vía militar, ni mediante el plan de recuperación social del territorio. Hay fenómenos muy profundos en la estructura de la violencia y su relación con el Estado, la sociedad y la vecindad latinoamericana que hacen imposible la pacificación total y permanente del país por la vía de la confrontación estrictamente militar.


Por otro lado, no será conveniente una negociación si la insurgencia no cuenta con la voluntad interna de abandonar definitivamente la guerra. Sin embargo este camino se allana cuando se piensa que es posible abandonar la guerra, si hay una oferta alternativa que convenza a la guerrilla de que la paz es un camino más eficaz y de mayor beneficio social, grupal e individual que la guerra de resistencia.


No podemos seguir pensando en la paz con la falsa idea de que unos violentos son buenos y otros violentos son malos. La bondad o la maldad se ha de expresar en la concreción del cese real de la violencia. La oferta del Marco Legal de Paz y la conciliación no solo puede ser para los actores ilegales, la paz es para todos los que hayan participado de una u otra forma en la violencia, los militares que incurrieron en delitos graves en medio de la confrontación también deben hacer parte de esta decisión legislativa.


Es con el otro con quién más necesitamos el diálogo. Es con el opositor con quien se concilia. Es con el actor armado desestabilizador con quien se pacta y se negocia la salida política. De otra manera, seguiremos observando lógicas de transformación y de degradación todavía más complejas. Por lo tanto, es urgente construir una “oferta digna de paz” que se sirva como alternativa final. Oferta que tenga los sellos de legalidad y constitucionalidad más allá de la Ley 975 de 2005 o de Justicia y Paz, más allá del programa de desmovilización individual promovido por el Gobierno. Oferta que contemple soluciones regionales donde permanece el conflicto y sus ejércitos, con desmovilización in situ y procesos de arraigo territorial y estabilización de la vida de los excombatientes, y sobre todo, con garantías jurídicas para todos, universales y que no colisionen con el accionar de la Corte Penal Internacional.


He leído por los medios de comunicación que un grupo de Representantes prefieren que se archive el proyecto antes que legislar a favor de la impunidad. Se puede creer que se es impune cuando solo se ven los efectos inmediatos de una decisión, pero ciertas decisiones vislumbradas estratégicamente a mediano y largo plazo se pueden considerar justas y necesarias. La justicia de vencedores, puede obstaculizar la llegada de una justicia que practique lo que nuestra sociedad demanda con urgencia, la reconciliación.


El valor que puede mediar para solucionar el debate (el dilema) frente a la impunidad que algunos temen se le conceda a los perpetradores, es el valor de la “verdad”, paralelo al valor de la reconciliación. La verdad es el núcleo de la justicia. La verdad no es otra cosa que la posibilidad de encontrar el hilo conductor para la atribución de corresponsabilidades. Sin ella, tampoco habría ponderación en la reparación de daños a las víctimas. Para llegar a la paz, habrá que atravesar el doloroso sendero de reconocernos en la verdad del conflicto y permitirnos ser en la reconciliación. Dada esta apropiación, alcanzaríamos a firmar la garantía de no repetición.


Pienso que antes de tomar una decisión a favor o contra del archivo del proyecto, se podría pensar en buscar los mecanismos que abran una especie de debate y consulta dirigida a las víctimas, y a los mismos actores armados que los motive a pronunciarse y sentar su posición en temas que indudablemente les atañe. Sondeo que sirve para calibrar el posible alcance de la iniciativa: Por ejemplo, sería válido cuestionarle a los actores de la violencia:


1.- ¿Han tomado la decisión interna de abandonar definitivamente la violencia?


2.- ¿Cómo conciben su vida y su actividad en la legalidad?


3.- ¿Qué tanto están dispuestos a aportar para la verdad y entregar o participar para la reparación?


4.- ¿Son conscientes de que no hay otro camino para la reconciliación nacional que el aceptar la negociación y la dejación de la armas, como principales gestos para la solución política?


Y al lado de estos interrrogantes cabria preguntarles a las víctimas del conflicto: ¿Es válido aceptar el desmonte de la violencia de los actores armados como punto de partida para el perdón, la verdad y la reconciliación?


Quienes desde el Estado han tenido mayor conocimiento del pensamiento y las lógicas de paz de las guerrillas, han sido los Altos Comisionados para la paz, convendría invitarlos a sus seciones para que pongan en comun sus experiencias y sus iniciativas.


Frente a un país a la expectativa de alcanzar la paz y una comunidad internacional vigilante, el Congreso debe actuar con sumo equilibrio. Ustedes no pueden legislar bien si no cuentan con la realidad de los afectados, de los interesados y de la gente. Recuerden que no se legisla para el pasado, se legisla en favor del país para el buen porvenir.


El conflicto armado y las expresiones de guerra que de él han derivado ha servido para la intensificación demencial de nuestras violencias. Es por eso que ya es difícil entrever unos mismos estatutos y prácticas para la solucion de las distintas formas de violencia . Es imprescindible crear el lenguaje, los métodos y los marcos normativos para el tratamiento político de la violencia en Colombia.


Independientemente del curso que tome la decisión del Congreso de la Republica, no puedo dejar de plantearles una inquietud: Una reforma constitucional que solo sirva para aplicarse a la guerrilla, puede ser un buen inicio, pero quizá no sea consecuente ni con el tamaño y la naturaleza de la violencia, ni con la estructura y el alcance de una estrategia de paz. La ampliación del marco constitucional para la paz, debería proveer las mejores herramientas posibles para el tratamiento definitivo de todos los fenómenos que han surgido en estos 50 años de violencia. No se puede estar deshilachando y manipulando indefinidamente la Constitución Nacional para estarla acomodando a soluciones temporales y parciales. Solo es posible hacerlo cuando interprete el sentir de un país, y el querer del pueblo hoy es la paz.


Tal vez a esto se deba el pronunciamiento del señor Fiscal de la Nación en estos últimos días, cuando indica que el futuro Marco Legal para la Paz debe ser abierto, pensado en la superación de las rigideces que lo anclan exclusivamente a la noción delito político. El concepto de conductas de rebelión, sedición y asonada, son ahora insuficientes para dar cuenta de la realidad de violencia que viven los colombianos.


“La locura es hacer lo mismo, una y otra vez, pero esperando resultados diferentes”, decía Albert Einstein. No podemos prolongarnos en 50 años más de locuras. Al Estado le corresponde ser ambicioso y generoso en su tarea de construcción de la paz, que no puede alcanzarse sin pensar seriamente en generar iniciativas eficaces y diferentes para la superación definitiva del conflicto armado, el único y más antiguo del continente; que no nos ha permitido hacer una transición real al siglo XXI. No podemos permitir que la lógica de la guerra, articulada en sus distintas variables, haga cada vez más distantes nuestras posibilidades de construcción de una sociedad plural e incluyente, democrática y justa.


Atentamente,


Francisco Galán


Director Político, Corporación Casa de Paz