|14 Mayo 2012 - 11:00 pm TOMADO DE EL ESPECTADOR.COM
En blanco y negro
Por: Aura Lucía Mera
Si la polarización existente en Colombia se pudiera sintetizar en un sola persona, ésta sería Piedad Córdoba.Así como su origen, padre negro y madre blanca, todos sus actos, sus palabras y sus gestos son calificados implacablemente en blanco y negro. O se le quiere o se le odia. Le pregunté a un amigo, conocedor como nadie sobre nuestra historia, si algún día veríamos un país despolarizado. Me respondió que no aspiraba a tanto, pero que le gustaría ver una Colombia con una polarización civilizada. Algo que veo casi inalcanzable.Pero vuelvo a Piedad. Me encantó la última entrevista publicada en la revista Bocas de El Tiempo, realizada por María Paulina Ortiz. Preguntas bien hiladas, respuestas salidas del alma. El alma de una mujer valiente. El alma y los sentimientos de una mujer que —no sé de dónde ha sacado las fuerzas— nunca se ha dejado arrinconar ante las acusaciones más viles.Querámoslo o no, el retorno a la libertad de muchos hermanos secuestrados por una guerrilla que hace años cambió sus ideales —creo que muy al comienzo los tuvieron— por el narcotráfico, el asesinato de civiles, el terrorismo y la barbarie. La libertad de ellos, repito, se la debemos, en gran parte, grandísima parte a Piedad Córdoba.Algunas de sus declaraciones escandalizan. Políticos de triple moral se rasgan las vestiduras. La acusan de guerrillera. Pero si analizamos sus palabras, sin dejarnos llevar por el odio atávico, tendremos que reconocer que en la mayoría de los casos tiene la razón.Su último logro tiene al borde de un ataque de nervios a gamonales. Uribe está al borde de tomar folidol. La clase dirigente, que entre otras es la responsable del mal manejo ancestral de la política, de toda la violencia y sangre desatada. Si desde los sillones de los salones del Jockey los dueños del país se hubieran tomado la molestia de tomar en serio al campesinado desplazado por la violencia partidista, estoy segura de que nuestra realidad sería muy diferente.El pasado no se puede cambiar. Somos el fruto de él. Pero lo que sí es un hecho es que estamos saturados de sangre, de desigualdades. Por eso al movimiento de la Marcha Patriótica tenemos que tomarlo en serio. Es la verdadera oportunidad para escuchar las voces de los que nunca han tenido voz. Es la oportunidad para el acercamiento y la reconciliación. Piedad Córdoba es representante por la izquierda liberal. Logró reunirlos. Millares, pacíficamente, pidiendo que cesen las matanzas.Marcha Patriótica, si no se deja polarizar, puede llegar a ser la verdadera fuerza política de una izquierda racional en Colombia. Si no cae en la trampa de la politiquería, las prebendas, la corrupción o la manipulación de las Farc.Personalmente felicito a Piedad Córdoba. Es una mujer berraca, quien desde pequeña le tocó vivir en carne propia la discriminación. No se le perdona que sea hija de negro, hija de blanca, que sea de izquierda, que diga las cosas. Muchos la quieren ver muerta. Últimamente se han descubierto para eliminarla. Dios la proteja. Necesitamos más Piedades. Menos procuradores curuchupas y menos expresidentes esquizofrénicos. Tenemos que cambiar. La respeto y la admiro. Tengo el paraguas listo para contener la lapidación.