TRAMITOMANIA EN PELIGRO

Junio 13 de 2005
EDITORIAL Diario EL TIEMPO

Golpe al papeleo
Si no fuera por el lobby de los notarios, que lograron conservar las autenticaciones, la ley antitrámites aprobada la semana pasada por el Congreso hubiera liberado plenamente a los ciudadanos del vía crucis de papeleo, sellos y colas que a todos agobia.Pero, aun a pesar de ese lunar, hay que celebrar que después de los intentos frustrados de tres gobiernos se haya logrado al fin una reducción de la detestable tramitología, que también complica a quienes quieren hacer empresa en Colombia.

Sancionada la ley, desaparecerán, por ahora, cerca de 80 trámites. Nada de declaraciones extrajuicio en algunos casos. Ni sellos en la mayoría de los documentos oficiales (salvo, por ejemplo, en el pasado judicial). Los divorcios los consumará un notario y, pásmense, los formularios para hacer diligencias ante el Estado serán gratuitos. Las buenas noticias no terminan ahí: las copias del registro civil de nacimiento serán válidas para casi todos los efectos, sin importar la fecha de expedición; las oficinas públicas no podrán exigir comprobantes anteriores cuando reciban pagos por cualquier concepto, y los correspondientes a multas de tránsito por inmovilización de vehículos podrán ser cancelados en un mismo lugar.

La Cámara trasladó al Senado un texto en el que se habían eliminado los trámites de autenticación de documentos, una de las gestiones que más tiempo quitan a los ciudadanos y, al mismo tiempo, una de las mayores fuentes de ingreso de las notarías. Solo en el caso de las 65 de Bogotá, se calcula que dicha diligencia les produjo el 20 por ciento de los 80.482 millones de pesos recibidos el año pasado.

Eso explica la intensa movilización de los notarios para defender este trámite. Les fue muy bien. Por cuenta de ese cambio, ahora habrá que conciliar los textos aprobados en ambas cámaras para que finalmente se conviertan en ley.

Y hay que estar atentos para que no surjan ‘micos’ o torpedos de última hora, pues el anterior proyecto antitrámites se hundió en la conciliación. La lucha contra la tramitomanía tiene una larga y frustrante historia, y aún no se puede cantar victoria. Aunque esta ley ya parece estar a salvo de correr la suerte de sus antecesoras. O de otras que no prosperaron en esta legislatura, como el Código Electoral.Al iniciarse la última semana de sesiones ordinarias, cabe recordar proyectos de ley importantes que se hundieron, como el que modifica la contratación administrativa y el Código del Menor.

Ojalá no ocurra lo mismo con otros de indiscutible urgencia.Es el caso del que busca dar seguridad jurídica a los inversionistas extranjeros, el de garantías electorales, la reforma pensional y la ley de justicia y paz. La aprobación de esta agenda mínima pero sustanciosa sería lo mejor que podría hacer el Congreso para ganar reconocimiento ciudadano en esta recta final de la legislatura.